Cali, marzo 28 de 2024. Actualizado: jueves, marzo 28, 2024 00:21
El estilo del nuevo Mandatario debe ser aprovechado para transformar las maneras de ejercer la política en Colombia.
En sus primeras palabras como presidente de la República, Iván Duque marcó una pauta que ojalá, por el bien de Colombia, sea adoptada por los dirigentes de todas las vertientes políticas del país.
El tono moderado y respetuoso del nuevo Jefe de Estado y su insistente llamado a la unidad contrastan con las posiciones beligerantes de quienes, desde diferentes posiciones del espectro político, incitan a la división con discursos incendiarios que solo sirven para radicalizar las posiciones de unos y otros.
A estas alturas de la historia, es necesario que los colombianos comprendan que tener posiciones políticas diferentes ni marca la división del país ni puede considerarse como algo negativo, al contrario, la coexistencia de visiones políticas distintas es una señal de buena salud de la democracia.
Por eso el llamado a la unidad no debe entenderse como la intención de que todo el país piense igual, sino como una invitación a ponerse de acuerdo en lo fundamental, a debatir con altura y a respetar la diferencia.
El país no está polarizado, las manifestaciones de odio que inundan las redes sociales alrededor del tema político no representan al grueso de los colombianos, son, simplemente dos segmentos opuestos que aplican la máxima maquiavélica de “divide y reinarás” pensando más en sus intereses electorales que en los intereses de Colombia.
La unidad, lamentablemente, es un deseo que las mayorías políticas tienen, pero hacerla realidad requiere grandeza para reconocer y respetar los argumentos contrarios, y voluntad para encontrar puntos comunes en medio de la diferencia.
En manos de los dirigentes políticos está aportar, con su lenguaje y sus maneras, a hacer posible esa unión, porque echarle más leña al fuego es irresponsable con Colombia.
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