El robo de celulares

viernes 20 de diciembre, 2013

El robo de celulares tiene disparada la percepción de inseguridad en las principales ciudades colombianas, entre ellas Cali. En los últimos doce meses se robaron un millón de estos dispositivos en todo el país y siete personas resultaron muertas al ser atacadas por los ladrones.

Sin duda, en la lucha contra este flagelo los ciudadanos juegan un papel importante, pues la compra de celulares robados impulsa su hurto, convertido en uno de los negocios ilícitos más grandes del momento. Sin embargo, vale la pena preguntarse si las personas que compran dispositivos de origen ilegal son conscientes de ello. Seguramente la mayoría no, pues los teléfonos móviles hurtados son camuflados entre el comercio ilegal, por eso quienes los adquieren no tienen cómo saber que están fomentando un delito. En ese sentido, enfocar la lucha contra este fenómeno en decirle a la gente que no compre celulares robados no es muy acertado, ese mensaje hay que enviarlo y reiterarlo, pero se requieren acciones por parte de las autoridades y los operadores de esta telefonía para acabar con este mercado.

Aquí hay dos componentes muy importantes: controles por parte de las autoridades y aplicación de tecnología por parte de los operadores celulares. Es necesario que la operatividad para detectar puntos de venta de móviles robados siga aumentando y que permanentemente se realicen actividades de verificación de la procedencia de la mercancía para decomisar los dispositivos cuyo origen no pueda ser justificado por los vendedores.

Desde comienzos de este año que termina se anunció que no se podrían activar los celulares robados, pero hasta el momento eso no se ha cumplido; los operadores tienen que comprometerse con tecnología para detectar y bloquear estos dispositivos, que deben quedar fuera de uso tan pronto se reporte su hurto.

¿Por qué no se hace nada de fondo para acabar con el robo de celulares? ¿Quiénes, además de los ladrones, se benefician con este ilícito?