El regreso de los tramitadores

Editorial

domingo 17 de febrero, 2013

La reaparición de tramitadores en el Centro Administrativo Municipal, CAM, que cobran por agilizar la entrega de facturas y paz y salvos del impuesto predial, ante la lentitud y congestión en este proceso, es muestra clara de las dificultades que están pasando los contribuyentes caleños con este tema.

Este tipo de intermediarios, que habían sido erradicados, son producto de la incomodidad, pues están sólo en aquellas oficinas donde las esperas son tan largas, que la gente prefiere pagar para aligerar su diligencia.

Más grave aún que las molestias que pasan los ciudadanos, es la corrupción que la presencia de los tramitadores propicia, pues estos no podrían prestar su servicio sin la complicidad de funcionarios que alteran el orden de atención y priorizan la respuesta a las solicitudes de quienes les pagan.

Si bien los ciudadanos deben abstenerse de recurrir a los tramitadores, es comprensible que, ante el retroceso de la atención de las diligencias relacionadas con el pago de impuestos, lo hagan; por eso, la Alcaldía de Cali debe agilizar la normalización y sistematización de estos procesos para evitar que se vuelva a popularizar esa dañina cultura de la intermediación en las oficinas públicas.

Por ahora, este problema afecta sólo a quienes por casos puntuales, como la venta de un inmueble, requieren estar a paz y salvo en el pago del impuesto predial, pero si a partir de marzo, cuando lleguen las facturas, no se han corregido estos problemas, el lío será mayúsculo y las filas interminables. La solución a las dificultades con el predial debe ser urgente, pues los afectados no sólo serán los contribuyentes y el mercado inmobiliario, sino también el propio Municipio, porque si las dificultades para estos trámites continúan, es previsible la caída del recaudo de impuestos.

En un momento en el que las soluciones tecnológicas están al alcance de la mano y que la tecnología ha reemplazado los desplazamientos y las filas para hacer diligencias por algo tan fácil y rápido como un clic, no se le pueden seguir dando largas a esta situación.