El anuncio del regreso a clases para los estudiantes de grados 10 y 11, hecho ayer por la ministra de Educación, María Victoria Angulo, representa un gran reto para el país, pues se trata de un paso clave en el avance hacia una nueva normalidad en la que se pueda retomar el mayor número de actividades posibles minimizando al mismo tiempo los riesgos de contagio del covid-19.

El virus es una realidad con la que se debe aprender a convivir y para ello es fundamental aplicar los protocolos de bioseguridad en todas las actividades que se retomen, entre ellas la educación presencial. Por eso es fundamental que los colegios, el personal docente, los estudiantes y sus familias pongan el máximo empeño en que este regreso a clases sea lo más bioseguro posible. Se requiere que niños y jóvenes retomen sus actividades académicas, pues la gran mayoría de las instituciones, especialmente las públicas, no están preparadas para mantener la calidad a través de la virtualidad y, demás, las condiciones socioeconómicas no permiten que todos los alumnos cuenten con un dispositivo y con conectividad para el aprendizaje mediante el sistema remoto.

Si cada colombiano le apuesta al autocuidado y asume con la mayor responsabilidad su protección y la de los suyos, será posible que se retomen más actividades de manera segura. Por eso, en el regreso a clases es fundamental que, además de retomar los programas académicos y de cumplir los protocolos de bioseguridad en materia de distanciamiento, uso del tapabocas e higiene, los colegios apuesten por convertir a los estudiantes en replicadores de la prevensión, para que cada uno lleve ese mensaje a su casa. La educación debe jugar un papel clave en la lucha contra el coronavirus.

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