Si bien las cifras de contagios por covid-19 en Colombia siguen siendo demasiado altas, hay indicadores que permiten mirar con esperanza la lucha contra la pandemia en nuestro país, como, por ejemplo, el hecho de que en algunos departamentos, como en el Valle del Cauca, la ocupación de las unidades de cuidados intensivos haya disminuido notablemente, al pasar del 75% al 68%.

El miércoles 19 se presentó un repunte en las muertes, que pasaron de 247 en el día anterior a 360, y este viernes nuevamente subieron las cifras fatales, cuando se reportaron 385 fallecimientos frente a 204 del jueves, lo que indica que el país aún no ha pasado el pico de la pandemia y que no se debe aflojar en materia de prevención.

Las ciudades están reactivando el mayor número de actividades posibles: restaurantes, cines, moteles, aeropuertos, etc. La difícil situación económica no da espera, si no se reabren todos los sectores posibles, el desplome económico sumirá al país en una crisis social sin predecentes. Sin embargo, hay que tomar todas las precauciones para que esas reaperturas no signifiquen un aumento de los contagios y de las muertes, sino que, por el contrario, debe ser una oportunidad para demostrar que luego de cinco meses de pandemia los colombianos son capaces de asumir con responsabilidad el desafío histórico que les tocó vivir.

Quiere decir lo anterior que el comportamiento de las curvas de contagios y de muertes, que suban o que bajen, depende hoy más que nunca de lo que cada ciudadano haga o deje de hacer en materia de prevención.

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