El anuncio de un proyecto que contempla un nuevo bulevar en el centro de Cali, en la Calle 5 entre carreras 1 y 10, donde se realizaría un hundimiento para el paso vehicular, muestra la necesidad que tiene Cali de obras de infraestructura que involucren soluciones viales y, al mismo tiempo, generen espacios para la gente.

El Bulevar del Río y el hundimiento de la Avenida Colombia, que hicieron parte de las 21 megaobras lideradas por el alcalde Jorge Iván Ospina en su primera administración, cambiaron por completo la cara de este sector, logrando dos cosas muy importantes: agilizar el paso vehicular hacia el norte de la ciudad y entregarle a los caleños un espacio que se convirtió en punto de encuentro y referente de la capital del Valle del Cauca.

Hay una gran diferencia entre obras como el Bulevar del Río y proyectos que han reducido las vías para crear espacios públicos que terminan subutilizados, como ocurre con el inconcluso parque lineal del río Cali, que le quitó dos carriles a la Avenida Segunda Norte, agravando la situación de movilidad, sin que la ciudadanía se apropie de las nuevas áreas.

El reto está en optimizar el espacio para lograr equilibro sin que el desarrollo vial implique sacrificar espacio para la gente y sin que la adecuación de nuevas áreas peatonales represente la reducción de las ya deficitarias vías que tiene Cali, un desafío para la ingeniería que es una tendencia creciente en las grandes ciudades del mundo.

En el caso del nuevo bulevar que se proyecta en el centro de Cali, es muy importante que el proyecto contemple obras conexas que permitan mejorar el acceso al Oeste de la ciudad, que es un embudo, y que se aproveche el impulso para avanzar en la renovación urbana del centro de la ciudad.

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