Entre las tareas prioritarias que le esperan al próximo alcalde de Cali está la búsqueda y definición de una solución para el transporte masivo de la ciudad, ante el fracaso del MIO.

Lo ocurrido en los últimos días, con la salida de 70 buses que dejaron de operar en medio dela controversia entre Metrocali y dos de los operadores, se convirtió en otro factor de deterioro del servicio.

Según el ente gestor del sistema, los vehículos no cumplen las condiciones requeridas, mientras que los operadores aseguran que tienen al día las certificaciones técnico mecánicas.

Y mientras se sabe quién dice la verdad y quién miente, la falta de estos automotores aumentó las ya largas esperas de los usuarios en las estaciones.

El MIO fue proyectado para transportar más de 800 mil pasajeros al día y hoy con dificultad transporta a 200 mil personas por jornada. Ante el mal servicio, marcado por la baja frecuencia, las largas esperas y las rutas ilógicas, 450 mil caleños migraron al transporte pirata, el cual prefieren aunque les implique más costos, pues, les garantiza desplazamientos más rápidos.

La afectación del mal servicio del MIO no es sólo para los usuarios. La explosión de vehículos particulares que se dio en Cali, especialmente de motocicletas, está relacionada con la falta de un transporte público eficiente.

Cerca de 200 mil usuarios del antiguo sistema colectivo migraron al particular, con las consecuencias en congestión y accidentalidad que bien se conocen.

Por todo lo anterior, el transporte público está relacionado con la calidad de vida de las personas; al reducir los tiempos de viaje, hay más tiempo libre para dedicar a otras actividades, es bienestar para la gente.

Por eso el nuevo alcalde de Cali tiene que solucionar el problema del transporte masivo, la gran pregunta es: ¿cómo?

Comments

Comparte esta noticia...

Facebook

Twitter

Linkedin