Cali, enero 15 de 2025. Actualizado: martes, enero 14, 2025 22:18
La decisión del ELN de congelar los diálogos de paz con el gobierno colombiano bajo el pretexto de desacuerdos sobre un diálogo regional en Nariño es, cuanto menos, cuestionable.
La justificación presentada por el ELN, alegando un proceso nacional de participación que no se estaría cumpliendo, es un argumento de poco peso.
La contradicción es evidente: si verdaderamente buscan la paz, ¿por qué oponerse a que el gobierno tenga un diálogo regional? La falta de unidad de mando de los cabecillas guerrilleros en Cuba sobre todos los frentes que operan en las regiones de Colombia justifica que se busquen acercamientos en los territorios.
Esta guerrilla, que ha violado repetidamente el cese al fuego, persiste en actos como secuestros y paros armados, lo que pone en duda su verdadero compromiso con la construcción de la paz y, por lo tanto, no tiene autoridad moral para hablar de incumplimientos, menos cuando lo que está haciendo el gobierno es tratar de consolidar un proceso en los territorios.
Es imposible alcanzar la paz con este tipo de exclusiones.
Aunque el presidente Gustavo Petro ha cometido grandes errores en las negociaciones, en esta ocasión su respuesta al ELN es acertada: la responsabilidad de que los diálogos continúen o no es, en este momento, exclusiva del grupo guerrillero.
Es hora de que el ELN demuestre con acciones concretas su compromiso con la paz y abandone las excusas infundadas. El proceso de diálogo no puede ser manipulado a conveniencia.
Es claro que el incumplimiento de esta guerrilla no es solo hacia el gobierno, sino una afrenta directa a los colombianos que anhelan la paz.
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