Varios empresarios de Cali y el Valle del Cauca vienen trabajando en la construcción de una propuesta para contribuir a la solución de los problemas sociales de la ciudad y el departamento.

Concretamente, los propietarios de las empresas están decididos a generar oportunidades, especialmente para los jóvenes, mediante la vinculación laboral.

Resulta esperanzador ver cómo el sector privado está interesado no sólo en escuchar a los jóvenes, sino también en aportar, mediante la generación de empleo, a propiciar un nuevo clima de entendimiento en el que el bienestar de unos y otros sea un propósito común.

En ese sentido, es importante que las protestas no se conviertan en un factor que lleve a la quiebra al sector productivo del Valle, pues es a través de estas empresas que se pueden generar las oportunidades que los jóvenes y muchos otros vallecaucanos necesitan.

Por ello, se requiere que, mientras se resuelven los reclamos entre los voceros del paro y el Gobierno Nacional, las empresas se reactiven completamente y para ello es indispensable que se permita el libre flujo de trabajadores, insumos, productos y mercancías.

Después de un mes de bloqueos, que se suma a las dificultades ocasionadas por más de un año de restricciones debido a la pandemia, el tejido empresarial vallecaucano está resentido, no son pocas las empresas que se han visto obligadas a suspender o incluso a cancelar contratos laborales y, por lo tanto, se deben tomar las precauciones para evitar quiebras y cierres que, a la larga, terminarán impactando negativamente a todos.

La gran moraleja de este capítulo de la historia de nuestro país es que el desarrollo social depende de la reciprocidad: el bienestar de todos depende de todos.

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