Más allá de los sesgos y prevenciones ideológicas con los que se mira a Estados Unidos desde América Latina, hay que reconocer que una buena relación con la Casa Blanca es fundamental para los países de la región.

El de ayer fue el cuarto encuentro entre los presidentes Barack Obama y Juan Manuel Santos; y la primera visita oficial del mandatario colombiano a Washington.

Son muchos los temas en común entre ambos países. La lucha contra el narcotráfico y la inseguridad han marcado en las últimas tres décadas la relación bilateral, y seguirá ocupando un lugar preponderante en la agenda, pero es necesario abordar otros temas y que Colombia busque capitalizar la ventaja de Estados Unidos en materia de ciencia, tecnología, educación, economía y otras áreas para sacarle un mejor provecho a la relación.

Es claro que las potencias no dan nada gratis y se acercan a otros países con claros intereses, pero ya depende de los gobiernos de esas naciones aprovechar los acercamientos para obtener beneficios, como lo hicieron los otrora pobres países asiáticos que hoy son potencias en materia tecnológica.

Hace 50 años el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, trajo a Colombia la Alianza para el progreso, ahora hay que pensar en algo similar que permita trabajar en forma mancomunada en un proyecto para la prosperidad y la paz de la región.

Desde el Plan Colombia, logrado por el gobierno del expresidente Andrés Pastrana, no se ha dado un acuerdo de cooperación de grandes dimensiones entre Estados Unidos y nuestro país. Por eso hay que buscar que la relación trascienda los problemas comunes, y buscar proyectos a través de los cuales Washington fortalezca a su aliado más importante e incondicional del sur del continente.

Ahí está el reto del presidente Santos, en lograr que Obama vea a Colombia más allá de la lucha antidrogas.

Comments