Cali, marzo 28 de 2024. Actualizado: jueves, marzo 28, 2024 00:21
La violencia contra las mujeres debe contrarrestarse con un trabajo pedagógico sostenido que acabe con los discursos y erradas creencias que de una u otra forma estimulan y justifican las agresiones.
Los 3.543 casos de violencia contra la mujer reportados en Cali durante el primer semestre de este año son un indicador de la gravedad de este problema que se supone tiene un elevado subregistro, pues por miedo u otras razones las víctimas no denuncian a sus agresores.
Y si hay subregistro de los casos de agresión física, de la sicológica, que también tiene serias consecuencias personales, familiares y sociales, la información es aún menos precisa, pero no por ello es menos grave; el maltrato verbal tiene efectos sobre la autoestima que pueden ser devastadores.
Si bien los hombres también pueden ser víctimas de violencia intrafamiliar, en el 74% de los casos conocidos, son las mujeres las agredidas, lo que sugiere que este fenómeno, que, desde luego es injustificable contra ambos géneros, es motivado en buena medida por el machismo, actitud que, pese a los avances que se han dado hacia la igualdad entre ellos y ellos, mantiene un gran peso en nuestra cultura y lleva a muchos a caer en comportamientos de caverna y a muchas a soportarlos y hasta a justificarlos.
Precisamente por lo anterior, por tratarse de un problema que se deriva de una carga cultural ancestral, el maltrato de la mujer no puede abordarse sólo como un asunto de policía y justicia; es claro que hay que castigar a los agresores y reducir la elevada impunidad para este tipo de delitos, pero la solución de fondo está en el componente pedagógico, porque hay que cambiarle el chip tanto a los victimarios, como a las víctimas y a la sociedad en general, pues quienes no agreden ni son agredidos, pero son indiferentes a este fenómeno o le buscan justificación a los casos que conocen, terminan siendo cómplices silenciosos.
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