Cali, diciembre 7 de 2024. Actualizado: sábado, diciembre 7, 2024 00:11
El presidente Gustavo Petro generó inquietud y confusión con sus recientes declaraciones sobre Ecopetrol, la empresa estatal más importante de Colombia.
Al referirse a la necesidad de un “exorcismo” que impulse a Ecopetrol hacia un futuro basado en la inteligencia artificial y alejado del petróleo, el presidente parece ignorar las profundas implicaciones económicas y estratégicas que esto conlleva.
Aunque la visión de una transición hacia energías limpias es importante, el enfoque y la falta de claridad en sus propuestas son motivo de preocupación.
Es innegable que el mundo necesita avanzar hacia una economía más sostenible, pero plantear que Ecopetrol, una empresa creada para la exploración y explotación de hidrocarburos, deba abandonar su esencia sin un plan sólido de transición es un despropósito.
Petro ha hablado de reemplazar los ingresos que genera el petróleo con cultivos como el aguacate, con turismo y ahora, con la inteligencia artificial.
Sin embargo, ninguna de estas propuestas ha sido desarrollada de manera concreta, ni se ha presentado un plan serio que asegure la estabilidad económica del país.
Las cifras no mienten: Ecopetrol ha perdido el 40% de su valor durante el gobierno de Petro, pasando de 30 mil millones de dólares en 2022 a 18 mil millones en menos de dos años.
Su acción ha caído de $3.120 a $1.900, lo que refleja la incertidumbre y el pánico generado por la falta de un plan claro y coherente. ¿Cómo se reemplazará esta pérdida?
Ecopetrol no necesita un “exorcismo”. Lo que requiere es un plan claro y pragmático que le permita transitar hacia nuevas formas de energía sin destruir lo que hasta hoy ha sido su fortaleza.
Las llaves del petróleo y del gas no se pueden cerrar hasta tanto esté en funcionamiento una actividad productiva que iguale o supere los ingresos que le producen los hidrocarburos al país.
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