Cali, marzo 27 de 2023. Actualizado: lunes, marzo 27, 2023 21:29
El país no puede caer en protestas constantes porque sí o, lo que es peor, por razones políticas.
Otra vez hay paro en Colombia. No se ha cumplido un mes desde que se levantó el bloqueo de la carretera Panamericana, que fue taponada por comunidades indígenas en el departamento del Cauca durante 26 días, y hoy nuevamente hay una jornada de huelga, esta vez nacional, convocada por el magisterio y organizaciones sindicales, en la que también participan nuevamente comunidades autóctonas.
El paro de hoy, que ojalá no se convierta en indefinido, deja muchos interrogantes, pues al escuchar las motivaciones de sus promotores, se encuentra un memorial de puntos genéricos que llevan a preguntar cuáles son las verdaderas motivaciones. Si los maestros, los estudiantes y los indígenas vienen de obtener acuerdos importantes para sus sectores con el Gobierno Nacional, ¿por qué insisten en una nueva protesta?
Ojalá detrás de estas protestas no haya motivaciones políticas, pues sería muy decepcionante, pero sobretodo muy ruin con Colombia, que se estimulara la inestabi-lidad nacional por intereses electorales.
Por eso es inevitable preguntar si los promotores del paro nacional programado para hoy se han detenido a pensar en las afectaciones que le causan al país estas jornadas que paralizan las actividades de múltiples sectores y que afectan la cotidianidad de miles de personas.
No se trata de satanizar la protesta, que es un derecho, sino de hacer un llamado a que se ejerza con responsabilidad. Esto quiere decir que no es conveniente abusar se esta figura, porque pierde su valor, y porque si se ejerce con vías de hecho que afectan a la ciudadanía y además hay dudas sobre sus intenciones políticas, lejos de lograr sus objetivos, generará más apatía que solidaridad y, al igual que ocurrió con el bloqueo de la Panamericana, las protestas causarán más daño que bien.
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