Es contraproducente presentar como verdad ante las nuevas generaciones un informe construido sin todas las versiones.

Cuidado con el adoctrinamiento

Editorial

domingo 7 de agosto, 2022

Presentar el informe de la Comisión de la Verdad en escuelas y colegios, para que las nuevas generaciones conozcan detalles de la violencia colombiana, es una idea que puede conducir a que niños y jóvenes asuman como cierto un relato de la historia reciente del país que tiene un sesgo ideológico, pues el documento en cuestión no recoge las versiones de todos los actores del conflicto colombiano y, por lo tanto, es una “verdad” a medias.

En ese sentido, tienen razón quienes han calificado esta propuesta del designado ministro de Educación, Alejandro Gaviria, como un posible adoctrinamiento, pues, al darle carácter de verdad histórica a un documento que prioriza el relato y las argumentaciones de los victimarios, se puede caer en la validación de acciones que no se deben justificar de ninguna manera.

No se trata de ocultar a las nuevas generaciones los hechos y actores violentos que marcaron la Colombia de los últimos 60 años, por el contrario, es necesario que la conozcan, con el propósito de que no repitan los errores de sus antepasados, pero esto debe ser como parte del estudio de la historia del país, a partir de datos recopilados desde todos los ángulos y tomando en cuenta a todos los actores, para que la información que reciban sea lo más aproximada a lo que realmente ocurrió.

La política y la religión son asuntos en los que el sistema educativo no puede inmiscuirse, por lo tanto, no se debe permitir que en escuelas y colegios se difunda información que empuje a niños y jóvenes hacia una u otra orilla ideológica.

A las nuevas generaciones se les debe enseñar que no hay violencia buena, y para ello hay que cuidarse de justificarla ideológicamente.

Foto: @ComisionVerdadC