Cali, marzo 19 de 2025. Actualizado: martes, marzo 18, 2025 22:20
El escándalo que vincula a alias “Papá Pitufo” con la presunta financiación irregular de la campaña presidencial de Gustavo Petro en 2022, generó un intenso debate sobre la infiltración de economías ilícitas en la política colombiana.
Este sujeto, conocido como el “zar del contrabando” en Colombia, es señalado por aportar 500 millones de pesos a la campaña de Petro.
Este caso pone de relieve cómo actores involucrados en actividades ilegales buscan influir en la política para obtener beneficios y protección para sus operaciones.
La práctica de financiar campañas políticas con dinero de origen dudoso no solo compromete la integridad de los procesos democráticos, sino que también facilita la perpetuación de actividades delictivas, como el contrabando y el lavado de activos.
Además, este escándalo no es un hecho aislado.
Investigaciones indican que anteriores administraciones y políticos también habrían recibido sumas significativas de dinero a cambio de permitir el ingreso de mercancías de contrabando y de remover a funcionarios que obstaculizaban estas operaciones.
Es paradójico que el Estado, cuya financiación depende en gran medida de los impuestos, se vea comprometido por la corrupción, permitiendo la evasión fiscal y el ingreso de grandes cantidades de contrabando.
Esta situación no solo afecta las finanzas públicas, sino que también perjudica a la industria y al comercio legal, que deben competir en condiciones desiguales contra productos ingresados ilegalmente al país.
Ahora que comienza la campaña para las próximas elecciones presidenciales, la transparencia en el origen de los recursos y la vigilancia activa de las autoridades y de la sociedad civil serán determinantes para proteger la democracia y evitar que el poder quede en deuda con quienes buscan socavar el orden legal.
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