Cali, abril 18 de 2024. Actualizado: jueves, abril 18, 2024 22:21
Hay que reconocer que, por molestas que puedan resultar las restricciones, después de un año de limitaciones en la vida cotidiana debido a la pandemia, son necesarias.
Los contagios y las muertes por covid-19 están en aumento y, si no se toman medidas, el tercer pico puede ser tan grave como fue el segundo o, incluso, peor.
En ese sentido, la adopción del pico y cédula y del toque de queda nocturnos son incontrovertibles desde el punto de vista sanitario, pues, lamentablemente, está demostrado que buena parte de la ciudadanía es incapaz de regularse y protegerse, lo que implica un peligro para todos.
Si bien es cierto que en el país han sido vacunadas más de un millón de personas, es un error creer que el peligro ya pasó y que se puede socializar con normalidad. Esta cifra está lejos de brindar una inmunidad de rebaño, pues se requiere que 35 millones de colombianos hayan recibido la aplicación para llegar a ello.
Diciembre demostró que hacer vida social sin control dispara automáticamente los casos; en enero el sistema de salud estuvo al borde del colapso por la irresponsabilidad con la que muchos pasaron el fin de año.
Por eso, es fundamental que durante la Semana Santa se adopten medidas que impidan que esto se repita o, de lo contrario, abril será un mes muy complejo.
Es mejor aplicar las restricciones de manera preventiva que tener que regresar a un cierre total que generaría más dificultades económicas y, por lo tanto, en la calidad de vida de todos.
Es fundamental que las autoridades hagan cumplir las restricciones, pues a finales de enero y comienzos de febrero, tanto el pico y cédula como el toque de queda se violaron de manera flagrante. Esto es en serio.
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