Colombia se pronunció

Pasada la campaña más polarizada de la que se tenga registro en las últimas tres décadas en Colombia, el reto del reelegido presidente Juan Manuel Santos es interpretar los mensajes que los ciudadanos enviaron a través del voto.

El primer mensaje es llevar a buen término el proceso de paz que se adelanta con las Farc, una clara petición de los electores del Jefe de Estado.

Pero Santos debe interpretar también a los votantes que marcaron por Óscar Iván Zuluaga o en blanco, casi el 50% de quienes participaron en la segunda vuelta.

Los casi siete millones de electores que tuvo el candidato del uribismo reclaman ajustes en las negociaciones con la guerrilla, así como claridad ante las dudas frente a la posible impunidad que cobijaría a los cabecillas subversivos.

Estos puntos de vista deben ser incorporados por el Presidente, que debe darle un manejo integral al proceso de paz, en procura de aglutinar a la mayoría de los colombianos entorno al mismo, o, de lo contrario, lo que se acuerde en Cuba podría no ser refrendado por los ciudadanos.

De esta manera, Santos debe entender que la paz no depende exclusivamente de la firma de acuerdos con la guerrilla, y que es necesario garantizar justicia, empleo, seguridad, salud y educación para que haya una paz verdadera.

En ese sentido, sin que renuncien a sus banderas y roles, Gobierno y oposición deben buscar puntos de encuentro, porque es urgente reconciliar a un país que quedó polarizado.

El llamado a ambas partes es a escuchar a las voces contrarias, pues los unos y los otros representan a amplias franjas de la ciudadanía.

Que no haya sido reelegido en primera vuelta y que haya perdido votación frente a las elecciones de 2010, debe llevar al presidente Juan Manuel Santos a reflexionar y corregir, para aprovechar al máximo la segunda oportunidad que le dio el pueblo colombiano.

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