Un desafío que deben asumir las administraciones de ambas localidades.

Cada vez es más evidente la necesidad de que las administraciones municipales de Cali y Jamundí trabajen conjuntamente. Que por lo menos 60 mil personas compartan su día a día entre ambas localidades demanda de las alcaldías actuar de manera coordinada en temas que son claves para quienes establecieron su vivienda en la Villa del Cacique, pero laboran o estudian en la capital del departamento.

La frontera rural entre Cali y Jamundí es mínima, se calcula que en menos de una década la conurbación será total y las dos ciudades serán una sola, lo que hará inevitable que su desarrollo y su administración se planifiquen de manera articulada.

Como llegar a esa conurbación es inevitable, lo responsable es adelantarse a ella y prepararse para los desafíos administrativos que implicará.

En la actualidad, por ejemplo, es apremiante el tema del transporte público. Quienes viven en Jamundí pero trabajan en Cali pagan dos pasajes por trayecto, pues deben abordar un vehículo de servicio público intermunicipal, y al llegar a la capital del Valle pagan otro pasaje, y lo mismo ocurre al regreso. Con un transporte integrado no solo se abaratarían los costos para los ciudadanos, sino que se ayudaría a descongestionar las atiborradas y escasas vías que comunican a Cali y Jamundí.

Al igual que el transporte, hay temas como los servicios públicos, la infraestructura vial y la seguridad que también se deben planificar de manera conjunta.

Quienes aspiran a ser alcaldes de Cali y Jamundí deben asumir desde ya el compromiso de sentarse a trabajar en la integración de ambas localidades, igualmente, los nuevos concejos deben sumarse a este propósito, pues para que se dé ese trabajo conjunto, se deben superar ciertas barreras administrativas. Hay que empezar ya.

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