La transición de Cali de municipio a distrito especial representa un gran reto para la Alcaldía y el Concejo, que deben asegurarse de que la nueva estructura administrativa de la ciudad sea un cambio realmente de fondo y no solo de forma, para que todo funcione mejor.

Se espera que el mes entrante la administración local presente el proyecto de acuerdo mediante el cual, entre otros aspectos importantes, se planteará la división de la ciudad, que actualmente está conformada por comunas, en localidades que tendrán alcaldes menores.

Toda transformación representa una oportunidad, pero, al mismo tiempo, implica riesgos, por lo que es necesario que la nueva estructura que se defina para Cali no sólo sea fruto del consenso, sino también del análisis profundo de los componentes financiero, administrativo y político, para que esa “nueva” ciudad sea mucho mejor para todos.

Aún se escuchan voces que cuestionan la recategorización de Cali como distrito especial y que no le ven utilidad a esta figura, pero ese es un debate que ya no tiene sentido. Ahora el reto es convertir esta transformación en una oportunidad para la ciudad, para repensarla en el largo plazo y, sobre todo, para construir una visión más compartida de ella, que sirva como un punto de encuentro que ayude a superar tantas y tan dañinas divisiones.

En ese sentido, la definición de la conformación de las localidades es clave para tener una ciudad mucho más eficiente administrativamente. ¿Cómo lograrlo? ¿Cómo evitar que el surgimiento de alcaldías menores se convierta en un lastre burocrático? Esas son preguntas que deben formularse tanto los funcionarios involucrados en el proceso como los concejales. Esta tiene que ser una oportunidad de desarrollo para Cali.

Foto: Comunicaciones Alcaldía de Cali

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