El pasado 17 de mayo se conmemoró el Día Internacional del Reciclaje, actividad en la que Cali se raja, pues en la ciudad sólo se aprovecha el 36% de los residuos recuperables.

En la capital del Valle del Cauca se produce un promedio diario de 1.800 toneladas de residuos sólidos, de las cuales se calcula que al menos 329 son recuperables, pero sólo se reciclan 120.

El material reutilizable que se salva de ser enterrado en el relleno sanitario de Yotoco se recupera gracias a la gestión que adelanta la Asociación de Recicladores de Cali, ACR, pues en la ciudad no existe una política pública para el aprovechamiento de los residuos sólidos.

Parece que en la ciudad las autoridades no han dimensionado las ventajas y beneficios que trae el reciclaje, que van mucho más allá de lo ambiental y llegan hasta lo social y lo financiero. La reutilización de los residuos recuperables, además de disminuir la depredación de los recursos naturales, representa una oportunidad de trabajo y de generación de riqueza, al ser uno de los negocios con mayor crecimiento en los países desarrollados.

Sin embargo, para que esto sea realidad en Cali es necesario que la administración municipal y el Concejo le den vida a una política pública de reciclaje que, mediante la educación y el establecimiento de incentivos, promueva y facilite la recuperación, para lo cual es necesario que se cree un servicio de recolección adecuado. Hoy se separan los residuos en muchos hogares caleños, pero esto de nada sirve si las empresas de aseo, al recoger, nuevamente mezclan lo desechado con lo reutilizable.

El año pasado, durante un semestre, la fundación Cempre, con las empresas que agrupa, la ACR, la Fundación Carvajal y el Diario Occidente, lideraron una campaña de promoción del reciclaje en la Comuna 2. El resultado fue el aumento del 10% del reciclaje en esta zona de la ciudad. ¿Cuánto más se podría crecer si hubiera una política pública? Es cuestión de voluntad.

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