Los anuncios hechos por el presidente Iván Duque en relación con los jóvenes son esperanzadores, no sólo porque permiten el avance hacia un entendimiento que facilite el pronto retorno de Colombia a la normalidad, sino también porque abre la puerta de las oportunidades, a través de la educación superior, para miles bachilleres de los estratos populares.

El martes, en Cali, el Jefe de Estado anunció que en el segundo semestre de este año habrá educación pública universitaria, técnica y tecnológica gratuita para los estratos 1, 2 y 3, algo sin antecedentes en la historia de nuestro país y que se constituye en un gesto valioso del Gobierno Nacional, pues no sólo representa la apertura de las puertas de la universidad para jóvenes que de otra forma no tendrían acceso a ella, sino también, y lo más importante, la posibilidad de que, al convertirse en profesionales, técnicos y tecnólogos, los beneficiarios mejoren su calidad de vida y las de sus familias y aporten al desarrollo del país.

En el mismo sentido, el anuncio de una política pública para los jóvenes, construida con ellos, representa un gran avance. Que los voceros juveniles puedan hablar directamente con el Presidente, como se hizo ayer en Bogotá, evidencia la disposición del Gobierno a cambiar la forma en la que históricamente se han manejado estos temas, definidos siempre a puerta cerrada y por personas mayores, cuando es clave saber qué piensan, qué proponer, qué expectativas tienen las nuevas generaciones y qué compromisos asumen. Un acierto.

Estos gestos del Gobierno Nacional dejan sin argumentos a quienes insisten en la continuidad de los bloqueos, no hay razón para ello, por el contrario, es necesario también que se den muestras de buena voluntad y se levanten las barricadas. Ahora sólo hay espacio para el diálogo.

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