El Gobierno de Colombia ha sido inferior ante la compleja situación de sus compatriotas en el vecino país.

El Gobierno Nacional puede pecar por omisión en la compleja situación que viven los colombianos en Venezuela. Si bien se trata de un asunto complejo, que debe ser manejado con cuidado para evitar que degenere en un problema mayor, una cosa es la diplomacia y otra, muy diferente, la responsabilidad que tiene el presidente Juan Manuel Santos de velar por el bienestar de sus compatriotas dentro y fuera del territorio nacional.

A este asunto se le han dado demasiadas largas por parte del Gobierno de Colombia, y si no se interviene pronto, puede derivar en un tema aún más complejo; ya se han visto manifestaciones de xenofobia hacia colombianos en Venezuela que son verdaderamente preocupantes.

Es claro que los derechos fundamentales y la seguridad de los colombianos residentes en Venezuela están en peligro y para garantizarlos no basta con brindar atención en Cúcuta, pues esto no soluciona el problema a los más de 600 mil compatriotas que viven en el vecino país.

Es necesario acudir a instancias internacionales que puedan intervenir y garantizar los derechos de los colombianos. De igual forma, es urgente buscar el diálogo directo entre los presidentes con el propósito de que la irracional posición del gobierno chavista se radicalice.

Lo peor de todo es que hasta el momento ha sido más fuerte la reacción de la oposición venezolana en defensa de los colombianos que la del Gobierno de Colombia.

Por eso es necesario reclamarle al presidente Santos una posición más fuerte ante el gobierno de Venezuela, porque los colombianos no pueden ser tratados como parias.

Hay colombianos radicados en Venezuela desde hace 30 años o más que ayudaron a construir lo que ese país fue y que ahora no pueden ser tratados como invasores; si el Gobierno de Colombia los deja solos, será cómplice de la arbitrariedad de Maduro.

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