¿Un giro a la vivienda?

Mario Germán Fernández De Soto

Creo que es un acierto de parte del gobierno nacional mantener el programa “Mi casa ya”, que subsidia a muchas familias colombianas que con un gran esfuerzo han venido haciendo un ahorro para tener una casa propia.

De la misma manera, pienso que deben seguirse promoviendo todos los subsidios para las VIS y para la vivienda de interés prioritario, porque el déficit habitacional es bastante alto y, al mismo tiempo, ya son más 17 millones de hogares los que existen en el país, de los cuales 5.2 millones no tienen vivienda propia y de éstos, 4 millones están en déficit cualitativo, es decir, sus inmuebles están en malas condiciones.

Por ello, el presidente Petro ha lanzado un plan para atender las mejoras de las viviendas de los municipios de categoría quinta y sexta para intervenir baños, pisos, cocinas, hacer conexiones de acueducto, entre otros mejoramientos, que se denomina “Cambia mi casa”.

Me parece importante esta iniciativa para que más hogares obtengan este beneficio que debe ser llevado tanto a los centros urbanos como a los rurales, puesto que los campesinos están padeciendo el deterioro propio del paso del tiempo y el desgaste de los materiales con que fueron construidas sus viviendas.

Sobre el particular, observo que habría un giro en la política pública de vivienda, el que debe ser muy bien analizado y, de la misma forma, estratégicamente implementado, teniendo en la cuenta que es el subsector de la construcción uno de los de mayor dinamismo en la generación de empleo, a tal punto que en el último año se han vinculado en forma directa más de un millón cien mil personas a laborar en todo el país, sumado a los empleos indirectos y a la activación de la cadena productiva que mueve parte de la economía nacional.

Los subsidios a la tasa de interés para la llamada clase “media” no pueden desestimularse porque en estos programas invierten quienes tienen la posibilidad de comprar una vivienda nueva para arrendar o vender y ganarse la valorización, dinamizando el proceso productivo, pagando impuestos y contribuyendo a la creación de más puestos de trabajo.

La construcción de vivienda tiene que convertirse en una “palanca” para estimular la productividad en Colombia, siendo ésta una industria pujante, la que le ha aportado al PIB un 6.5 % y que puede seguir con su nivel de crecimiento, siempre y cuando el Estado posibilite las políticas acertadas para su desarrollo.

Un giro inesperado de la nueva Ministra de Vivienda puede ser fatal sino se atempera a las nuevas condiciones del mercado inmobiliario y no se tiene en consideración las variables macroeconómicas que se están jugando en el momento; sobretodo, con una inflación creciente, una tasa de cambio disparada y una reforma tributaria que empieza a paralizar a los inversionistas, que al final del dia son quienes contribuyen al crecimiento económico y a la productividad nacional.