Hoy amanecerán unos despotricando y otros festejando, según los resultados electorales de ayer domingo, así tengan que ir a otra vuelta, los segundos, el 17 de junio del presente año.

Tremendo aburrimiento. Sobre todo, porque en esa fecha debuta Brasil, el fútbol más vistoso del mundo. Y también por los costos, casi quinientos mil millones de pesos que se erogarían en otra elección presidencial.

Pero toca aceptar, por razones de democracia. Estas notas las entrego el viernes anterior y, de pronto, vaya uno a saber, este asunto electoral se haya definido ayer domingo, lo que sería un golpe mortal para las firmas encuestadoras, que nuevamente, se equivocarían y, posiblemente, tendrían que desaparecer por razones de credibilidad y honestidad. Ojalá eso no ocurra, no solo por ellas sino también por el país, para que no se nos siga considerando una república bananera.

Dios quiera que los resultados de ese proceso electoral de ayer se acepten por las distintas campañas, sin crear problemas de orden público o dudando de la buena fe de quienes tienen esa delicada responsabilidad de contar los votos.

Para eso existen los recursos jurídicos pertinentes, en los que, debemos confiar pese a las dificultades que todavía existen sobre la honorabilidad de algunos jueces o magistrados, pues soy de los que creo que no todos son venales.

Eso sí, damos por descontado que en ese tema no se vaya a inmiscuir la JEP, lo que sería el acabose, pues la desconfianza sería mayor y peligrosa. Otra tragedia más como la del puente que se cayó y lo de Hidroituango, no lo resistimos.

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