Los tipos como el presidente Petro a diferencia de lo que muchos creen, entiende su triunfo electoral como una exitosa toma del poder. Los que creen, o creyeron ver, de manera irresponsable que Petro pertenecía a la estirpe de los Republicanos que construyeron nuestra democracia, algún día tendrán que respondernos a los colombianos, sobre por qué lo acompañaron en su campaña, y lo que es más grave, por qué razón formaron parte, como niños estrenando juguete, del equipo ministerial perfumando lo que desde un inicio olía, y sigue oliendo, a una toma del poder.

Es por esta razón que sus proyectos disfrazados de reformas sociales que ha presentado al Congreso no son otra cosa que estrategias liquidacionistas, que repiten al pie de la letra los modelos leninistas del Comunismo Soviético y los pasos mediante los cuales, en la Cuba de Fidel y en la Venezuela de Chávez y Maduro, cuando los mecanismos de la democracia no les fueron útiles, los liquidaron mediante el cierre y la clausura de los medios de comunicaciones y del congreso de la República.

Para golpistas como Petro, el balconazo es su sitio privilegiado por excelencia y la dinámica de la Insurrección Urbana es la gasolina para liquidar los poderes que garantizan el ejercicio de la democracia. Al leer y ver con detalle la actitud de Petro ante el éxito político de las manifestaciones del martes, uno debe entender que no le interesa porque él conoce de primera mano cómo fue que, en Venezuela, primero con Chávez y después con Maduro, el mundo presenció multitudinarias manifestaciones que fueron reventadas por los esquiroles pasándolas al desorden y al caos.

El Petrismo hoy en el poder conoce el ABC de esta agenda, conoce su ruta y sabe cómo convertir las pacificas marchas por multitudinarias que sean en eventos, donde las vanguardias urbanas del ELN y las FARC las podrán desnaturalizar para que sean reprimidas como en Venezuela.

Lo de ayer es el inicio de una lucha política que implica riesgos, pues a Petro se le desbarató su luna de miel con el establecimiento burgués, más temprano que a Fidel, a Chávez y a Maduro, y que con la trampa del Frente de la Paz y la Reconciliación y el aparato de gobernabilidad le hizo crisis dando lugar a la purga, como en el Comunismo Soviético y Cubano, del primer escuadrón de ministros ingenuos que creyeron que, siguiendo la lógica del caballo de troya, iban a explotar el régimen “petrista”.

Comments