Leonardo Medina Patiño

Peajes y perros

Leonardo Medina Patiño

Con la reciente caída del puente que une al Valle del Cauca con el Quindío, más allá de lo que uno debe padecer cuando viaja en carretera, por falta de iluminación, señalización, bacheo, se hace urgente hacer un llamado a los legisladores para que regulen lo referente a los peajes.

De Cali a Tuluá hay tres peajes, pegados uno del otro. A Armenia hay cinco y a Pereira seis. Verdaderamente es un despropósito esa cantidad de pagos cuando no se observa la reinversión de los recaudos.

Un peaje de regreso de Tuluá a Cali, entre Ginebra y Rozo, a pocos kilómetros de distancia uno del otro, deberían retirarlo. Es casi un abuso con el viajero.

Hay filas de kilómetros para pagar, que al promedio de diez mil pesos peaje (haciendo salvedad que hay peajes de diecisiete mil pesos), estimo que lo recogido por ese concepto es excesivo. Es evidente también la carencia de personal y tecnología en esos lugares, lo que desdice de una figura como esta, que creo es hora de reglamentar severamente.

En ese mismo sentido, hay un asunto que ha cogido fuerza y que debe ser reglamentado con prontitud. Se trata del transporte de mascotas en aerolíneas, transporte público, y de la tenencia de estos animales en lugares como iglesias.

Son lindos, cariñosos, necesarios en ocasiones, pero debe existir un límite frente a su comportamiento en algunos espacios. Sino, que hable mi amigo Rodrigo González Caicedo, que vivió un viacrucis en misa de Semana Santa.

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