Lo inaudito de los “progress”

Hugo E. Gamboa Cabrera

Muchos se preguntan por qué Venezuela cayó tan bajo habiendo sido un país muy rico hace 25 años, como Cuba, Nicaragua, etc., etc., hasta el punto que miles de colombianos se fueron para allá, buscando un mejor porvenir, formando sus hogares y hoy muchos de ellos viven en Colombia porque no soportaron ese sistema de gobierno.

Cuando llega un gobierno de izquierda, como casi siempre sucede, llegan con ideas “renovadoras” que terminan decreciendo todo y los únicos ricos son quienes están en el poder.

Existe una plataforma tecnológica denominada “El Economista”, española e izquierdista, en la que uno de sus analistas—Imanol Delgado y Ugarte—se atreve a decir que la “economía planificada determinada casi siempre por gobiernos “progress” (como también se autodenominan), han sido un estrepitoso fracaso porque crean un caos determinístico”.

Agrega el analista que “el mundo es cambiante y que, en esta aldea global en que nos encontramos se debe competir constantemente en los mercados”. Todos sabemos que las economías de mercado son un modelo a seguir, pues las “planificadas” jamás podrán ser productivas en razón a que se convierten en máquinas que solo sirven para crear mucha pobreza.

¿O no es eso lo que vemos en todo el mundo, salvo la China, donde tampoco existen libertades de ninguna índole?
Agreguemos a eso el hecho de que quienes logran el poder con esa ideología siempre se quieren quedar, acompañados por áulicos que también quieren parte del pastel y, para asegurar ese poder se toman por la fuerza o con “enmermelados” los gobiernos, es decir, se hacen “dueños” de la justicia, del órgano electoral, de las fuerzas armadas y de cuanto organismo gubernamental caiga en sus manos y que les permita gobernar indefinidamente y de cualquier manera. M

iren hacia nuestro continente latinoamericano, hacia el África, hacia Asia, incluso más allá, en el limbo, donde solo funcionan situaciones ideológicas y religiosas indeterminadas y pavorosas.