Las mentiras del paro

Víctor Manuel García

Durante el desarrollo del paro nacional y conforme avanzan los días, se ha recurrido a mentiras y falacias de responsabilidad de la misma con el objetivo de deslegitimar las acciones de los manifestantes, así como de las autoridades gubernamentales. A continuación, se realiza un recuento de algunas de ellas.

1. Estos 20 días de paro nos han dado muestras de lo que podemos ser en el socialismo.

Pues bien, actualmente y desde la Presidencia de César Gaviria, el país ha transitado un camino del libre mercado y disminución de la influencia estatal, por lo tanto, esta afirmación se encuentra muy alejada de la realidad, ya que en estas últimas semanas no se ha hecho transición hacia ningún otro modelo económico.

2. La Constitución no sirve, hay que cambiarla.

No, la Carta Magna de 1991 es una Constitución garantista de derechos, que establece mecanismos de participación amplios y claros. El problema real es la ciudadanía que no hace uso de ellos, por ejemplo, la abstención histórica del voto es de un promedio del 55% en cada elección.

3. La culpa es de Petro, él es el que tiene al país sumido en el caos.

Hasta donde se entiende este precandidato no ha sido Presidente, si nos remontamos desde la época de Rojas Pinilla (e incluso antes), los gobiernos han sido Liberales o Conservadores en su mayoría y desde el 2002 la Presidencia de la República ha sido ejercida a excepción (2014-2018) por el grupo cercano al ex presidente Uribe. Más de 20 años en el poder, tiempo suficiente para adelantar reformas estructurales que habrían podido beneficiar a toda la población.

4. Los manifestantes ponen en peligro la democracia.

La protesta ciudadana es un derecho constitucional, en la cual se ejerce la libertad de expresión, uno de los valores fundamentales de un sistema democrático.

5. Si no se bloquean las vías para todos, el gobierno no escucha.

El derecho a la protesta no puede llevar a la transgresión de los derechos de los demás ciudadanos como a la salud y la vida. Son absolutamente reprochables los bloqueos indefinidos e indiscriminados.

6. Las protestas están infiltradas por la guerrilla en todo el país.

Es posible que el ELN, disidencias de las FARC, entre otros grupos, estén influyendo en algunos municipios específicos, sin embargo, ni en sus mejores años de fortaleza, los grupos alzados en armas en Colombia han tenido la capacidad de generar movilizaciones masivas y simultáneas. Estigmatizar la protesta es un acto irresponsable del gobierno nacional que ha desembocado en hechos de violencia.

7. El Esmad y la Policía en su totalidad es atropelladora y violenta.

Es cierto que las autoridades policiales han ejercido en diversas ocasiones abusos de fuerza, infringiendo en muchas de ellas las normas del DIH y de DDHH. Sin embargo, es una minoría de los casi 200 mil miembros los que han tenido este comportamiento, si fuera mayoritario este accionar, el país estaría inmerso en algo de magnitudes mayúsculas.

8. Todas las agresiones vienen del Esmad.

No se puede desconocer qué, en algunos casos, inadaptados sociales civiles han recurrido al vandalismo y la violencia.

9. Todo es culpa del proceso de paz.

Nada más alejado de la realidad, este estallido social se da por los múltiples desequilibrios históricos en oportunidades de acceso que ha tenido la población de nuestro país, llevando a Colombia a ser el segundo país más desigual de América y uno de los 10 primeros en el mundo.

10. Todo es una infiltración de Maduro.

El gobierno de Venezuela está pasando por una difícil situación económica, política y sanitaria, lo cual limita su capacidad de acción. Si no es así, el Presidente Duque debe reconocer un fracaso rotundo en el “cerco diplomático” en contra del régimen chavista.

11. Los protestantes no tienen voluntad de negociar.

Es cierto que estos procesos generan desconfianza derivada de las agresiones mutuas y especialmente violentas, pero también hay que destacar la falta de voluntad del gobierno nacional para entablar y ceder puntos en una mesa abierta y sincera.

12. Las empresas se están quebrando por culpa del paro.

Es cierto, especialmente las restricciones a la movilidad dificultan la situación para las empresas del país, pero no se puede olvidar que el país y el mundo lleva enfrentando más de un año una pandemia donde se golpearon fuertemente todos los sectores económicos de Colombia.

De igual forma, no se puede desconocer que al gobierno nacional le ha faltado liderazgo en unificar criterios intersectoriales para hacerle frente a la situación. Por ejemplo, en situaciones excepcionales, el Estado colombiano está facultado para exigirle al sector financiero la flexibilización de condiciones para el pago de cartera y acceso al crédito, teniendo en cuenta que la banca ha sido poco o nada solidaria con la situación de crisis que atraviesan especialmente los micro y pequeños empresarios.

Estas y muchas otras mentiras han surgido con la idea, en gran parte de los casos, de obtener réditos políticos. Por esta razón la invitación es para todos los ciudadanos a no creer en todas las mentiras del paro.

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