Avanzar en el desarrollo territorial implica trabajar en cada una de sus dimensiones de manera integral, comprendiendo la interdependencia entre cada una de ellas.
Esto, desde luego, requiere de una visión panorámica para inscribir los retos que deban afrontarse, sus actores y grupos de valor, y la elaboración de estrategias mediante las cuales se busque su procesamiento y resolución.
En tal sentido, el Plan de Desarrollo Distrital de Santiago de Cali se concibe y estructura bajo esta dinámica, respaldándose a través de procesos activos de participación ciudadana, con sus perspectivas multidimensionales del desarrollo en el territorio.
A su vez, desde una vertiente especializada, la identificación y comprensión de los retos a nivel de ciudad y sus latitudes se ha tejido en conjunto a la academia, brindando así un carácter científico a las acciones por materializar desde el Plan.
De esta manera, el propósito de una Cali reconciliada tiene dos frentes de acción: por una parte, la seguridad, la convivencia y la justicia y, por otra, la creación de oportunidades para la integración social y económica.
A partir de esta sinergia, el impacto sobre la ciudadanía está centrado en la visión de la seguridad como creadora de capacidades para el individuo, tanto hacia el goce pleno de su cotidianidad, los lugares que ocupa y en donde realiza sus actividades, al igual que sobre su desarrollo y atención multidimensional de necesidades, en donde se encuentran sectores tales como el entorno económico y productivo, las áreas culturales y deportivas, la promoción de la cultura ciudadana, el acceso ampliado a la salud y la atención médica y la disponibilidad equitativa de las oportunidades de acceso a la educación.
En cada uno de estos móviles, se entrevé que el desarrollo de Cali tiene como propósito angular la reconciliación de la ciudadanía.
Pensar en una capital pacífica requiere fortalecer los mecanismos alternativos de justicia, consolidar estrategias hacia la prevención del delito y los espacios públicos seguros, todo esto en el marco de vivir en sana convivencia reconociendo y respetando las experiencias individuales.
Una Cali como capital de paz y reconciliación, también implica la reducción de brechas sociales y económicas.
La inclusión productiva y económica le apunta a una superación gradual de los obstáculos que inciden mayormente en ciertos grupos poblacionales y sus formas de vida.
El acceso a la cultura y a las oportunidades deportivas, son el vehículo preciso para el uso de las ideas y sus expresiones hacia una creación de capital social.
La prestación y acceso integral al servicio de salud son sinónimo de bienestar entre los caleños y caleñas.
Garantizar una mayor cobertura de la educación, adherida a las nuevas tendencias que el sector demanda, representa visualizarla como motor principal de la resiliencia y el desarrollo humano.
Por consiguiente, reconciliar a Cali, bajo una planificación del desarrollo, supone atender integralmente los medios a través de los cuales la ciudadanía se relaciona, distintamente, con su entorno.
Para esto, desde luego, su inserción como propósito de ciudad en el Plan de Desarrollo Distrital representa una oportunidad centrada en la reducción de los escenarios de criminalidad, desde un enfoque de seguridad y convivencia, y a su vez, mediante la creación de oportunidades sociales y económicas, con enfoque territorial y humano.
Dado lo anterior, los canales para la recepción de propuestas encaminadas hacia la reconciliación de la ciudad, de forma mancomunada, siguen abiertos; por tal razón, se invita a que, reconociendo la diversidad social, étnica y cultural, se puedan expresar aportes a un Plan de Desarrollo Distrital que se encamina a recuperar el camino y el futuro de nuestra ciudad.
Participa a través del siguiente enlace: https://n9.cl/fnp5p
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