La brújula

Mario Germán Fernández De Soto

A pesar de las cifras desalentadoras de contagios y de muertes , al igual que la incertidumbre generada por los pronósticos de diversos sectores, vivir en el 2021 tiene que convertirse en una oportunidad para un nuevo propósito.

Avanzar hacia mejores condiciones de vida; comenzando por el respeto hacia nuestros congéneres, estableciendo mejores relaciones con la familia, imprimir siempre optimismo a cada iniciativa ; ponerle fe a todas las actividades desarrolladas, a las tareas emprendidas para que contribuyan a dignificar la condición humana. Se trata entonces, de asumir la vida con mayor vigor interior, ofreciendo siempre lo mejor de nosotros mismos con un mayor compromiso con nuestra existencia y con la sostenibilidad del planeta.

Revisar detenidamente aquellos aspectos de la actividad productiva que desarrollamos y que pueden deteriorar el medio ambiente para resolver de qué manera podríamos mitigar su impacto contribuyendo en forma positiva con la sostenibilidad ambiental y los ecosistemas naturales.

Propongo un año nuevo con propósito de pensamiento holístico; con una mirada diferente para seguir avanzando, dejando atrás todo aquello que en lo personal podemos tachar porque opacó el comportamiento humano y social; para lo cual es necesario hacer una autorreflexión que evalúe el día a día con capacidad para hacer las rectificaciones requeridas para transformar positivamente desde lo personal, familiar y en lo profesional.

Hay que definir claramente un plan de vida que indique cuál es el camino que queremos transitar comenzando con las ideas que nos proponemos hasta convertirlas en metas específicas de carácter personal y por supuesto, construyendo las colectivas a partir de un cronograma de cumplimiento como una verdadera brújula en el camino de nuestra existencia.

Este año es distinto a los demás; no sólo por lo vivido, sino también porque es el momento del aprendizaje en el que debemos precisar las estrategias tanto personales, académicos, científicas, como empresariales y laborales según sea el caso. En conclusión direccionando los sueños para hacerlos realidad.

El gran reto es programar una brújula personal en la decisión de asumir el propósito de año nuevo, que es vital para seguir disfrutando la vida con entusiasmo, equilibrio emocional y renovada inteligencia ; ofreciendo siempre todo lo bueno de nosotros, al igual que, brindando esperanza a quienes tanto amamos y también a quienes no conocemos; porque si algo aprendimos de esta pandemia es que somos una misma ” casa global”; que no estamos solos, que también dependemos de otros para subsistir.

Este es el momento de la solidaridad, del optimismo y del compromiso social, generando acciones propositivas para el desarrollo humano en la construcción de una sociedad que sea capaz de adaptarse a un nuevo mundo.