Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Idioma, más que carnaval

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

El día del idioma no puede continuar en el simplismo, tiene que trascender más allá de la mera conmemoración de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra y del recordatorio de las anécdotas del Quijote.

Tampoco puede seguir reducido a   comparsas de Romeo y Julieta y a repasar la vida de William Shakespeare.

Ni a un   nacionalismo que apenas incluya la vida de Jorge Isaacs entre las biografías notables de abril.

En las celebraciones del día del idioma los jóvenes no pueden seguir como unos meros espectadores de un carnaval.

El 23 de abril tiene que ser la fecha propicia para honrar activamente la comunicación, estimulando sus fuentes: las conferencias, la investigación, las lecturas, las reseñas, las reflexiones, la crítica, la argumentación, los foros, los debates, la escritura y la poesía.

El libro clásico de Cervantes no sólo debe ser objeto de lecturas superficiales, aunque no es un tratado de política, contextualizarlo puede generar conciencia social.

En el Quijote, encontramos, por ejemplo, el concepto de justicia remitiéndonos al ideal de que “no había fraude, ni el engaño y la malicia se mezclaban con la verdad y la llaneza, en tanto que ahora menoscaban, turban y persiguen”.

También hallamos el discurso que el ingenioso hidalgo le dio a su fiel escudero cuando éste fue nombrado gobernador de la ínsula Barataria, recomendándole los valores y las virtudes que deben regir la conducta humana para lograr un buen gobierno y la sana convivencia colectiva.

Qué bueno sería que hoy cada candidato escuchara estas recomendaciones como si fuera un aplicado Sancho Panza. ¡Día del Idioma, más que carnaval!

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