Gloria de la cultura

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Además de popularizar el arte, construyendo y apoyando museos, la huella de Gloria Zea quedará indeleble en las bibliotecas personales que formamos en los años setenta quienes empezábamos a apasionarnos por la lectura.

En esos tiempos con nuestros exiguos ingresos era difícil adquirir libros, porque todavía las ediciones eran costosas y provenían de España, México y Argentina.

En las bibliotecas públicas había mucha restricción para los préstamos de libros debido a la demanda de lectores presenciales. Pero en 1975 Gloria Zea llegó a Colcultura y popularizó tanto las adquisiciones bibliográficas, como igualmente permitió el descubrimiento de nuevos escritores.

Recordemos que la primera edición de Que viva la música de Andrés Caicedo, figuró en el tomo 19 de La Colección Popular de Colcultura, por valor de 10 pesos.

Colcultura también nos ofreció a los inquietos lectores que siempre soñamos en hacer nuestras propias bibliotecas, las cajas que lanzó conteniendo las decenas de títulos enumerados por tomos y con caratulas de vistosos colores, conformando la Biblioteca Básica Colombiana.

Gloria Zea con Colcultura demostró que en un país donde el Estado destina pocos recursos para la cultura, es indispensable motivar a la empresa privada para que apoye la popularización del libro.

Además de la literatura y el ensayo, Gloria Zea estimó conveniente que el pueblo conociera la nueva historia, liderada por Jaime Jaramillo. Lanzó entonces tres volúmenes del Manual de Historia Colombiana.

En las capitales creó las librerías “Alegría de leer”, sin ánimo de lucro en atención al público. Uno de mis más preciados libros es el 135, titulado Homenaje a Pablo Neruda. Viva la gloria de la cultura.