El Valle del Cauca está viviendo una verdadera transformación turística.
Ya no es solo una región de paso o un destino ocasional para los turistas nacionales; hoy se perfila como una de las joyas turísticas más importantes de Colombia y con gran proyección internacional.
No es casualidad que el departamento haya recibido más de siete millones de visitantes en 2024, con un flujo económico que supera los 870 millones de dólares.
Esto es el resultado de un esfuerzo coordinado entre el sector público y privado, que han comprendido que el turismo no solo genera ingresos, sino que también fortalece nuestra identidad, dinamiza la economía local y proyecta al Valle como un referente cultural y natural.
Un claro ejemplo de este auge es la consolidación del turismo religioso.
Buga, con su icónica Basílica del Señor de los Milagros, ha dado un paso histórico al convertirse en miembro fundador de la Red Mundial de Turismo Religioso.
Reconociéndola como destino de peregrinación y proyectándola un escenario global.
¡Es algo que debemos potenciar!
Pero no podemos centrarnos solo en el turismo religioso.
El Valle del Cauca es diversidad en todo el sentido de la palabra.
Desde el ecoturismo en el Parque Nacional Natural Farallones, hasta la adrenalina del turismo de aventura en Calima-El Darién, pasando por la riqueza cultural de Cali y su incomparable sabrosura.
Cada uno de nuestros 42 municipios tiene algo especial que ofrecer, y es allí donde debemos seguir apostando.
Eventos como FITUR 2025, donde el departamento lanzó una guía turística digital y una publicación especializada en turismo de salud, demuestran que estamos pensando en grande.
Dichos resultados nos hacen ver la necesidad, desde el orden nacional, tener una inversión constante en infraestructura, capacitación y promoción, y sobre todo, que los beneficios lleguen a todos los actores de la cadena turística, desde los hoteleros hasta los pequeños emprendedores locales.
El Valle del Cauca tiene todo para convertirse en un destino de clase mundial.
No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que los turistas lleguen solos.
Hay que seguir trabajando, innovando y creyendo en el potencial de nuestra región.
Hoy estamos en el mapa, pero el reto es mantenernos y seguir creciendo.
El turismo, además de ser una oportunidad de desarrollo económico, es también una forma de contar nuestra historia, de mostrar nuestra cultura y de consolidarnos como una región emblemática.
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