El turismo tambalea
Rosa María Agudelo
En vísperas de Semana Santa otra aerolínea de bajo costo cesó actividades.
Nuevamente, escuchamos las historias de pasajeros varados y las alertas del sector turístico y de los alcaldes.
La crisis económica mundial, el alto precio del combustible, la devaluación del peso y el alza en los impuestos son algunas razones.
Factores externos e internos.
Unos sobre los que el gobierno no puede y otros por los que no quiere hacer nada.
La paradoja es que afecta al sector elegido para reemplazar los ingresos que se perderán por la transición energética.
La respuesta inmediata fue “prestar el avión presidencial” pero eso no soluciona el problema.
Lo complejo es que el turismo está amenazado también por las dificultades en el desplazamiento terrestre.
Las vías que no están bloqueadas por deslizamientos lo están por movilizaciones sociales. Esta semana la vía Cali – Popayán estuvo cerrada varios días por ambos motivos.
¿Quién se anima a ir a la capital caucana sin saber si las lluvias o los indígenas les impedirán retornar? Triste panorama para una ciudad que se mueve una vez al año.
Algunos dirán que los de las aerolíneas y los hoteleros, “los ricos”, aguantan, pero no piensan en la cadena completa.
En el caso de Popayán, los que venden artesanías, velas, incienso, empanadas, tamales y hasta maní se verán afectados.
La desaceleración económica no solo afecta a los grandes, el efecto es dominó.
Si, los ricos menos ricos pero también los pobres más pobres, eso en lo económico.
En lo psicológico los unos con más rabia y los otros con mayores frustraciones.
Esa es la dicotomía de Petro, al afectar lo que odia, daña a los que ama.
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