La semana pasada el Congreso aprobó el plan de desarrollo que regirá los destinos de nuestra nación durante los próximos tres años. Al departamento le fue mejor de lo que se esperaba y debemos reconocérselo a la gestión que realizaron la gobernadora Dilian Francisca Toro y la bancada de senadores y representantes.

En su primera versión el plan contemplaba una reducción sustancial de los recursos para el Valle y se habían quedado por fuera importantes proyectos. El documento aprobado incorporó la mayoría de las obras de infraestructura, recursos para Buenaventura y la devolución de los dineros que Emcali le había pagado a la nación. En el plan se destinaron cerca de $50 billones para nuestra región. Sin embargo, los vallecaucanos no podemos cantar victoria ni celebrar demasiado, pues, como su nombre lo indica, este es solo el plan.

Ahora el reto es ejecutarlo. Históricamente, hemos sido testigos de muchas iniciativas y promesas del Gobierno Nacional que se quedaron en veremos. Les corresponderá a los próximos mandatarios locales presionar para que los dineros lleguen y los proyectos se ejecuten en el menor tiempo posible. El cambio de gobierno implica un “bache” que la Nación puede aprovechar para dilatar las gestiones.

En ese sentido, la bancada debe seguir actuando en colectivo para defender los intereses de nuestro departamento. El poder de actuar en equipo es una de las lecciones que nos dejó este Plan de Desarrollo. La otra es la necesidad de contar con un buen banco de proyectos estructurados.

Nuestro departamento logró menos, había otras regiones con un mayor portafolio de iniciativas. Esta deficiencia es imperdonable considerando el nivel técnico del Valle.

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