Antes de terminar el año quiero ofrecer excusas a todos mis amigos, familiares y conocidos por retirarme de varios de los chats que compartimos, nada personal.

La verdad es que por varios años he procurado encauzarme a adoptar una conducta consciente evitando el bombardeo excesivo de información y del saber inútil, buscando el JOMO.

‘Joy of Missing Out’ o ‘La alegría de no ser parte’ (JOMO) es una actitud humana que viene creciendo en la última década, en la que el ser humano elige ignorar ciertos ámbitos y renuncia a cierta información para disfrutar de una mayor libertad y bienestar, liberándose de muchos compromisos sociales.

Algunos se liberan de preocupaciones evitando leer noticias, otros evaden el contacto en redes sociales para regular sus estados emocionales e incluso, como en mi caso, cerramos aplicaciones para desconectarnos del adictivo ‘scrolleo’.

JOMO es el contrapeso al FOMO, ‘Fear of missing out’ o ‘Temor a no ser parte’, una tendencia que se agravó tras la llegada de las redes sociales y que potenció la curiosidad y la intromisión de quienes disfrutan de estar al tanto de la vida privada de otros y su vida social.

En este 2025 la inteligencia artificial redefinió la manera en que interactuamos con la sociedad y las marcas, por eso que debemos garantizar que una de las doce uvas de este fin de año esté dedicada a encontrar ‘el placer de no hacer parte de algo’ como una forma de proteger nuestro equilibrio psicológico.

Un informe de Kantar sobre tendencias de mercadeo para 2026 señala que las micro comunidades y la economía de los pequeños placeres serán claves para las marcas que busquen crecer con propósito.

Paradójicamente, mi adhesión al JOMO se alinea con estas tendencias: mientras las empresas intentan crear experiencias hiperpersonalizadas, elegimos la simplicidad de perdernos de la excesiva oferta.

Esta decisión no es un rechazo absoluto, sino una manera de filtrar lo que realmente aporta valor a tu vida.

Investigaciones recientes destacan que quienes han adoptado el JOMO experimentan mayor satisfacción personal y reducción del estrés, al priorizar actividades que les generan auténtico bienestar.

Ojo, no porque te participan de todo el calendario de eventos sociales a los que asistirá tu círculo de amigos y ciudadanos significa que tengas que hacer presencia; los que estás sintiendo es solo una sensación de admisibilidad.

Disfruto olvidarme de revisar mi WhatsApp de vez en cuando, de reconocer qué no es conocimiento, de seguir a poca gente o evitar discusiones políticas innecesarias que no legislan.

Es como ese compromiso social de felicitar a todos los que Facebook te recuerda el cumpleaños todos los años, incluso a los menos allegados, o cuando todos felicitan en un chat grupal a alguien menos tu ¿Si no lo supieras, sentirías esa misma responsabilidad?

En el 2026 descárgate un poco.

Yo celebro la alegría de perderme… y de encontrarme. Feliz año para todos.

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