El fútbol femenino

Umberto Valverde

El fútbol femenino es muy reciente, pero en Estados Unidos y Europa se ha convertido en un espectáculo que le compite al masculino, estadios con asistencias superiores a 80 mil personas, como ocurre con Barcelona y en la final que se jugó hace dos semanas, con triunfo de Inglaterra.

En Colombia tuvo incursiones pretéritas en Cali. Si no estoy equivocado uno de los primeros equipos femeninos lo patrocinó don Pepino Sangiovanni.

En cuanto a la liga colombiana ha sido una historia llena de problemas, obstáculos y vetos. Además de condenas morales de un dirigente conocido.

Las mujeres, ese grupo llamado las superpoderosas, consiguieron títulos y reconocimiento sin nada de apoyo.

Ahora existe respaldo, pero condicionado, en precarias condiciones, sus sueldos son simbólicos y el presupuesto para los campeonatos son cifras ridículas. Sin duda, es propio de una sociedad machista, de una Dimayor que las mira como hormigas y de un periodismo que pretende ser complaciente pero les ofrece tres minutos en sus programas.

Además, no las tratan como seres humanos, sino como “niñas”, y no, son mujeres, algunas de ellas tienen novias y eso parece de escándalo.

El ejemplo mayor de Colombia es Cata Usme, una paisa que simboliza el escudo rojo. Con belleza física, temperamento, calidad, goles y un pensamiento firme. Es una líder, en todo el sentido de la palabra.

Ahora hay una joven afro, Linda, de Villa Gorgona, que ganó el premio de mejor jugadora de la Copa América de mayores teniendo solamente 17 años.

Es un talento desbordado, ojala la encaucen para que apenas cumpla 18 años pueda ser contratada por un equipo grande de Europa y tenga un alta compensación económica a su dedicación, esfuerzo y sacrificio.

El fútbol femenino tiene un gran futuro, pero no debe ser visto como un favor. Sino como un negocio y espectáculo. De la misma manera, como la mejor artista de Colombia es Shakira, super millonaria, talentosa, compositora, arreglista, capaz de manejar situaciones delicadas como la que vive actualmente en el plano familiar. Gabo se moría por Shakira, en el sentido de la admiración, le dedicó una gran crónica, y se encontraron muchas veces.