Una vez más, nos ocupamos de resignificar la historia y contar los hechos tal como ocurrieron, y en el mejor de los casos, darles crédito a esas personas que en su momento dejaron un legado por sus diferentes quehaceres, y sobre todo, por haberse constituido en hombres y mujeres con autodeterminación en las batallas, en la literatura, en la política, en el arte, pero, sobre todo, en esa gran idea de procurar la independencia y la abolición de la esclavitud.
Durante la época del virreinato y la hegemonía de los europeos en América, hubo negros que, además de ser sometidos a la servidumbre, pasaron a la historia por ser capaces de superar sus límites y luchar incansablemente por su libertad y la de aquellos pueblos que permanecían bajo la opresión y la esclavitud del hombre blanco.
Muchos afrodescendientes lograron ser líderes, destacándose de manera significativa ante los esclavistas, mejorando la producción y la fortuna del capataz.
Sin embargo, para el europeo, al ver que el negro tenía ciertas competencias, lo sometían a castigos y le coartaban casi todas las posibilidades de crecimiento, para de esa forma mantenerlos a raya, escasamente con el derecho a vivir, y eso de la forma más precaria en medio de la servidumbre como esclavizados.
Los negros no podían emitir ningún tipo de conceptos u opiniones porque, según el amo, ellos no tenían alma y mucho menos coeficiente intelectual. Se trataba de unos animales que solo deberían obedecer en todo tiempo y lugar.
La hermana Cárdenas
La historia de la filantropía en lo que hoy es el municipio de El Cerrito tiene un rostro con narices achatadas, pelo quieto y mediana estatura.
Las hermanas Petrona y Sebastiana Cárdenas fueron dos mujeres esclavizadas que servían a la señora María Luisa de la Espada, una esclavista que durante años vivió en cercanías a lo que hoy es el municipio de El Cerrito. Las dos negras se caracterizaban por su sentido de pertenencia y, sobre todo, por su capacidad indomable de pensar en su libertad y en la de los demás negros. Con el pasar de los años, los amos de las hermanas Cárdenas pasaron a mejor vida, pero antes hicieron un escrito mediante el cual todas las tierras que poseían quedarían a cargo de las dos esclavizadas.
Esta noticia llegó a oídos de otros hacendados, quienes no concebían lo ocurrido. Sin embargo, las dos negras tomaron una decisión muy importante: fueron al otro lado del río Cerrito, donde vivían los negros en las barracas, y procedieron a donarles parte de esas tierras a cada familia asentada allí.
Esa fue la mejor noticia para cientos de negros que durante años habían vivido en los chiqueros al lado de los marranos y otros animales domésticos.
Era el momento de cambiar la forma de vida; poco a poco, el pueblo fue creciendo hasta convertirse en lo que hoy es el municipio de El Cerrito.
Algo que tampoco se ha contado en la historia del municipio de El Cerrito es que el lote donde hoy está erigida la principal iglesia del pueblo fue donado por estas dos negras como símbolo de libertad para los negros oprimidos.
Con el pasar de los años, las dos heroínas fueron encarceladas, al parecer incriminadas de sublevación o tal vez por el simple hecho de procurar la libertad para los negros esclavizados. No hubo piedad para ellas durante el tiempo de permanencia en el penal; allí les llegó la muerte, en medio de la pobreza y la miseria que las acompañó durante sus últimos años.
Como siempre, hoy la historia invisibiliza a estas dos mujeres negras, y pocos se atreven a decir sin miedo que la fundación del municipio de El Cerrito no se le debe al cura Manuel José Guzmán, sino a las dos negras, motivo de esta columna de hoy.
Así como Petrona y Sebastiana, durante la época de la esclavitud hubo muchas negras y negros que toda su vida lucharon por su libertad, y sobre todo, fueron ilustres personajes y destacados líderes que hoy no hacen parte de la historia, por la mezquindad de la academia y los gobiernos de turno que no conciben ver en la portada de los libros y en los titulares de las noticias a un negro como ejemplo a seguir por las nuevas generaciones.
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