Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Efervescencia patria y penaltis políticos

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Se ha dicho que Colombia es un país santanderista y encomendado al Sagrado Corazón de Jesús. Eso fue cierto apenas un siglo porque ya terminó la vigencia del Concordato y, lo del país de leyes sólo se demostró hasta que los legisladores observaron lealtad a sus funciones y guardaron un poco de respeto por la ley.

Qué iba a imaginar Francisco de Paula Santander que su legado jurídico lo iban a utilizar para defender intereses particulares, afianzar la corrupción y burlar su castigo. Esto quedó demostrado con el hundimiento en la Cámara de Representantes del proyecto de ley que quitaba el beneficio de la casa por cárcel a los corruptos.

Un sospechoso error procedimental fue argumentado para sepultar la iniciativa, como si los colombianos desconociéramos que hacen acuerdos de las bancadas, malabares legislativos y pupitrazos aprobatorios, tratándose de normas que favorezcan intereses políticos y económicos. En esos casos no hay dificultades ni imposibles. Pero tratándose de combatir la corrupción y que en la sesión sería censurable la estrategia de la extinción del quorum porque se transmitía en directo, entonces sin pudor se echó mano de viles justificaciones. En el caso del proyecto anticorrupción se buscaron excusas que presentaron como definitivas.

Su hundimiento obedeció a la amnesia en la convocatoria para la discusión en la cámara de un asunto donde estaba puesta la atención nacional y que previamente se había aprobado en el senado. Que extraño que esto suceda cuando la efervescencia patria por los goles de la Selección, no nos dejaban ver los penaltis que nos cobraban los políticos, aunque estos estuvieran fuera de lugar.   

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