Cuando el río suena……

Hugo E. Gamboa Cabrera

Mientras el científico mexicano Gerardo Ceballos, biólogo y doctor en ecología, advierte “que, si no hay un cambio fuerte en las políticas públicas, puede haber un gran colapso global en los próximos 20 o 30 años, y será irreversible”, en Colombia seguimos padeciendo los golpes de una corrupción galopante que no deja que el país salga a flote.

A la venta de Isagén, a lo de Reficar, a lo de la Ruta del Sol II y III, a lo de Odebreth en la reelección de hace casi cuatro años y a la espera de lo que ocurra con la indagatoria y posible detención de Roberto Prieto, hombre clave en la elección presidencial de los últimos siete años y medio, además de muchas cosas más que se conocerán con el tiempo inmediato o mediato, ahora le sumamos la preocupación de los embajadores escandinavos en Colombia, por el manejo irregular que se le han dado a los 210 millones de dólares que ellos invirtieron para que el Fondo “Colombia por la Paz” funcionara en proyectos productivos con los guerrilleros de las farc que se acogieron al acuerdo realizado en Cuba. Pues eso no ha funcionado después de muchos meses de instalado ese fondo. Además, extrañamente, esas donaciones se diluyeron en distintas entidades del gobierno. Ya el Contralor General puso el dedo en la llaga.

El vicepresidente ex general Naranjo, cumpliendo órdenes, dialogó con dichos embajadores para calmarlos, logrando un comunicado de ellos para la opinión pública, pero, según lo sabido, las cosas con ese dinero y con otros de organismos internacionales, siguen en veremos.