Categoría Ensamble

Umberto Valverde

Por arte de magia el presupuesto para el Mundial de Salsa de este año fue totalmente recortado, dejando lo básico, sin tener en cuenta los componentes tradicionales: No había partida para el Mundialito de niños, ni para el lanzamiento de Cali, ni para el lanzamiento de Bogotá, ni para la parte académica y conversatorios. No sé quién armó un presupuesto para lo elemental, la competencia de las diferentes categorías y nada más.

Todo esto contrasta con el desmesurado presupuesto del Petronio Álvarez o el apoyo incondicional con platas del estado a un festival de jazz, Ajazzgo, que está en plena decadencia.

Desde hace dos años he planteado al interior del Comité Conceptual que la categoría Ensamble debe ser revisada y consolidada, es una gran propuesta que amerita el respaldo.

Sin embargo, desde el comienzo se presentaron problemas que no fueron resueltos. He entregado informes que explican los fallos que existen.

Hay uno de fondo: para los músicos participar implica una inversión, hacer un arreglo, pagar estudio, músicos, vestuario que el músico no usa en presentaciones, son impedimentos.

Tampoco se han buscado incentivos de otra naturaleza, que varios de los participantes vayan a otros eventos, tanto nacionales como internacionales.

Por ejemplo, si la Secretaría de Cultura tiene una relación de colaboración con Estudios Takeshima, por ser entidades de la Alcaldía, los arreglos pudieran hacerse en esta entidad.

Todos los problemas del Mundial de Salsa vienen de atrás, no tienen nada que ver con su actual directora, Adriana Olarte, una excelente ejecutiva.

Pero el Mundial de Salsa necesita hacer un alto en el camino. O se hace bien o no se hace nada, esa debe la consigna para los salseros.