Cali, julio 11 de 2025. Actualizado: jueves, julio 10, 2025 22:35
Por: Rosa María Agudelo – Directora Diario Occidente
Se me hizo un nudo en la garganta al ver las expresiones del grupo de recicladoras de Asoboce que recibió la nueva sala de cómputo donada por WOM. Un sueño que empieza a materializarse tras dos años de esfuerzo.
ASOBOCE y WOM se unieron una alianza difícil de explicar. ¿Qué relación tienen la tecnología y el reciclaje? La esperanza de un mundo de posibilidades para quienes han dedicado su vida a cuidar del planeta.
Viviana Pepicano, una supervisora de ruta en ASOBOCE, comparte con orgullo la esencia de esta iniciativa.
“Es un avance para nosotros como organización, pero sobre todo para la calidad de vida de nuestras familias” ASOBOCE, una asociación de recicladores, reconocida por la Superintendencia de Servicios Públicos y la Alcaldía de Cali, busca en la educación digital un nuevo horizonte para sus miembros y sobre todo para sus familias.
La sala de cómputo simboliza la lucha contra la competencia de los grandes y la apuesta por una mayor profesionalización de sus miembros y una mejor comunicación con sus clientes, los cientos de hogares a los cuales les procesan sus residuos.
WOM ve en esta alianza una oportunidad para nutrir la cultura de reciclaje y la responsabilidad ambiental.
Sandra Quitián, vicepresidente de Valor Humano, explica la filosofía detrás de la colaboración: “Queremos transformar vidas, conectar a los colombianos con sus sueños a través del mejor servicio”. Esta sala de cómputo es el reflejo físico de ese compromiso, un lugar donde la tecnología se convierte en un puente hacia la igualdad de oportunidades.
La sala, con sus 26 computadoras y mobiliario ergonómico, es más que un aula. Si bien cada elemento ha sido pensado para garantizar la comodidad y la accesibilidad, más allá de su infraestructura, lo que realmente la hace especial es el espíritu de comunidad y la sed de conocimiento que se respira entre sus paredes.
Durante la inauguración, una recicladora mayor de 60 años compartió conmigo una confesión que me tocó el alma: nunca había usado un computador ni navegado por Internet.
Para ella, esta sala representa una oportunidad única, pero especialmente para sus nietos. Sus palabras tienen un mensaje poderoso: estamos ante un cambio generacional, un puente hacia el futuro donde la tecnología y la educación abren nuevos caminos para la inclusión y el desarrollo.
Esta crónica no solo habla de una sala de cómputo; narra la historia de un encuentro entre mundos que parecen irreconciliables: la tecnología y el reciclaje; la gran empresa con la asociación comunitaria.
Otra historia del futuro que podemos construir juntos. La emoción que embargó a los recicladores al recibir este regalo es un recordatorio de que, en el corazón del desarrollo, siempre debe haber un componente humano esencial.
La historia de ASOBOCE y WOM es un testimonio de cómo la colaboración puede generar impactos profundos y duraderos en la comunidad.
A través de esta sala de cómputo, se abre un capítulo nuevo en la vida de muchos recicladores y sus familias, marcando un nuevo comienzo en donde la educación y la tecnología se convierten en las herramientas para el cambio social y ambiental.
En Santiago de Cali, la historia continúa, y cada día, gracias a iniciativas como esta, se tejen nuevos relatos de superación, esperanza y transformación.
La sala de cómputo de ASOBOCE, más que un espacio físico, es otro ejemplo de que nos podemos conectarse, aprender y soñar sin importar las aparentes diferencias que existen entre nosotros.
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