Cali, abril 24 de 2025. Actualizado: jueves, abril 24, 2025 16:17
Las proyecciones económicas para Colombia en 2025, reflejan ajustes en crecimiento del PIB, inflación, tasas de interés y déficit fiscal.
Estos cambios responden a un entorno de recuperación moderada, presiones inflacionarias persistentes y desafíos fiscales estructurales.
Así lo reveló la Dirección de Investigaciones Económicas del Grupo Bancolombia al establecer que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se mantiene en una proyección del 2,6% para 2025, lo que indica una recuperación respecto al 1,7% registrado en 2024.
Para 2026, el crecimiento se espera en un 3,0%, impulsado por una mayor estabilidad macroeconómica y una mejora gradual en la confianza del consumidor y la inversión privada.
Los sectores más beneficiados serán aquellos relacionados con la producción, distribución y comercialización de bienes, favorecidos por una mayor demanda interna.
Además, el avance de obras de infraestructura en diversas regiones del país contribuirá al crecimiento del sector de la construcción.
Sin embargo, el consumo público se verá restringido debido a la necesidad de ajuste fiscal.
El pronóstico de inflación ha sido ajustado al alza, pasando del 4,0% al 4,4% para el cierre de 2025, debido al fuerte incremento del salario mínimo y el efecto de indexación en varios sectores de la economía.
Para 2026, la inflación proyectada se elevó de 3,8% a 3,9%, lo que indica que las presiones inflacionarias podrían persistir en el mediano plazo.
En respuesta a este panorama, el Banco de la República mantendría una postura monetaria contractiva.
Se estima que la tasa de interés de política monetaria cierre 2025 en 7,50%, un aumento significativo respecto a la previsión anterior de 6,50%.
Este ajuste responde a la necesidad de controlar la inflación y reducir la incertidumbre fiscal en los mercados financieros.
El comportamiento del dólar a nivel global ha permitido una revisión a la baja en la proyección de la tasa de cambio para 2025, situándola en un promedio de $4.255 por dólar, frente a la estimación previa de $4.292.
Sin embargo, se mantiene la incertidumbre por posibles tensiones comerciales internacionales, que podrían afectar el mercado de materias primas y, con ello, la economía colombiana.
Por otro lado, el déficit de cuenta corriente aumentará al 2,4% del PIB en 2025, superior al 1,8% registrado en 2024.
Este incremento se debe a una mayor demanda de importaciones ante la recuperación del consumo interno.
Para 2026, el déficit de cuenta corriente podría aumentar al 3,2% del PIB, en línea con las presiones externas y la evolución del comercio global.
El deterioro de las finanzas públicas ha llevado a revisar al alza el déficit fiscal del Gobierno Nacional Central, que pasará del 5,1% al 5,9% del PIB en 2025.
La falta de flexibilidad en el gasto público y la baja probabilidad de una reforma tributaria que aumente significativamente los ingresos corrientes del Gobierno complican los esfuerzos por reducir el déficit en el corto plazo.
Para 2026, el déficit fiscal se espera en 5,0% del PIB, lo que implica que las medidas de ajuste deberán ser más profundas en los próximos años para evitar riesgos en la sostenibilidad de la deuda pública.
– Recuperación económica gradual: Se proyecta un crecimiento del PIB del 2,6%, impulsado por sectores estratégicos y una mayor inversión en infraestructura.
– Inflación controlada pero persistente: El incremento del salario mínimo y las presiones en costos mantendrán la inflación en 4,4% para 2025.
– Política monetaria contractiva: Las tasas de interés cerrarán en 7,50% para contener la inflación y estabilizar los mercados.
– Déficit fiscal elevado: El déficit del 5,9% del PIB representa un reto para la sostenibilidad fiscal del país.
– Incertidumbre en el comercio global: Posibles tensiones comerciales y fluctuaciones en los precios del petróleo pueden afectar la estabilidad macroeconómica.
El panorama económico de Colombia en 2025 muestra un crecimiento moderado acompañado de desafíos en inflación y déficit fiscal.
Las decisiones de política monetaria y las estrategias gubernamentales serán determinantes para mantener la estabilidad macroeconómica y generar confianza en los mercados.
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