Cali, octubre 13 de 2025. Actualizado: sábado, octubre 11, 2025 00:44
La inflación en Colombia se aceleró por tercer mes consecutivo y cerró septiembre con una variación anual del 5,18 %, según el más reciente informe del Centro de Estudios Económicos Anif.
El dato representa un aumento de 8 puntos básicos frente al 5,10 % registrado en agosto, consolidando un panorama de persistencia inflacionaria que complica la reducción de las tasas de interés en el corto plazo.
El repunte confirma las previsiones de analistas que anticipaban una estabilización difícil del costo de vida durante el segundo semestre, debido a la presión de los precios de la energía, los alimentos y los servicios regulados.
Con este resultado, la inflación se mantiene por encima del rango meta del Banco de la República (2 % – 4 %), obligando a la autoridad monetaria a actuar con prudencia en su próxima decisión de política monetaria de octubre.
De acuerdo con Anif, tres divisiones de gasto explicaron el 67,5 % del incremento inflacionario anual.
Alojamiento y servicios públicos aportaron 1,5 puntos porcentuales (pp), con un aumento anual del 4,8 %. En este grupo, el arriendo imputado (0,7 pp) y el arriendo efectivo (0,5 pp) fueron los componentes con mayor incidencia.
Alimentos y bebidas no alcohólicas representaron 1,2 pp, con una inflación anual del 6,2 %, impulsada por el alza en las frutas frescas (0,2 pp) y el café (0,1 pp).
Finalmente, restaurantes y hoteles contribuyeron 0,8 pp, con una variación de 7,5 %, debido principalmente al aumento en comidas servidas en establecimientos y autoservicio.
La inflación mensual fue de 0,32 %, 13 puntos básicos más que en agosto. En la descomposición mensual, las divisiones que más aportaron fueron alojamiento y servicios públicos (0,1 pp), educación (0,06 pp) e información y comunicación (0,04 pp), esta última impulsada por el incremento en los precios de internet y telefonía.
El informe de Anif advierte un repunte generalizado de los alimentos y bienes en los últimos meses. La inflación de alimentos, que en septiembre fue de 6,2 % anual, se explica por aumentos de 12,5 % en yuca, 9,9 % en zanahoria y 6,1 % en naranjas, productos sensibles a las lluvias y la estacionalidad agrícola.
La persistencia de este comportamiento pone en riesgo la convergencia del índice de precios al rango objetivo, más aún ante la posibilidad de que el fenómeno de La Niña continúe afectando la oferta agrícola en el cuarto trimestre.
“Las presiones en alimentos y regulados han retrasado la convergencia hacia la meta de inflación, consolidando un escenario de política monetaria poco flexible”, advierte ANIF en su análisis.
El reporte también destaca que la categoría de bienes alcanzó una inflación anual del 5,8 %, mientras que la de servicios se ubicó en 5,3 %, con un leve descenso frente al mes anterior.
Entre los productos con mayor incremento se encuentran los artículos de joyería en oro y plata (+0,72 %) y los productos de cuidado personal (+0,71 %).
En contraste, los precios de servicios de cines y teatros cayeron 1,9 %, reflejando una moderación parcial en los servicios no regulados.
Sin embargo, la inflación básica —que excluye alimentos y servicios regulados— se mantuvo estable en 4,8 %, evidenciando que la tendencia subyacente del índice general sigue siendo resistente a la baja.
Con este escenario, los analistas de Anif prevén que el Banco de la República mantendrá sin cambios su tasa de intervención en la reunión de octubre, privilegiando la estabilidad de precios sobre el impulso al crecimiento económico.
El documento subraya que la autoridad monetaria se encuentra en una etapa crítica: aunque las tasas de interés reales ya han bajado frente a los niveles de 2023, las señales de persistencia inflacionaria dificultan nuevos recortes.
“El Banco mantendría su cautela en flexibilizar la política monetaria, priorizando el objetivo de estabilidad de precios”, enfatiza Anif.
La decisión se da en un contexto en el que la inflación de bienes regulados (como energía eléctrica, combustibles y tarifas de agua) continúa siendo un factor de incertidumbre, especialmente tras los ajustes tarifarios aplicados en varias regiones del país.
Aunque el país ha logrado reducir la inflación desde los máximos de 2022, la desaceleración no ha sido lineal. En los últimos tres meses, los incrementos acumulados muestran que la desinflación perdió fuerza.
Los analistas estiman que la inflación cerrará 2025 alrededor del 5 %, lejos todavía del rango meta del banco central.
Los principales riesgos hacia el cierre del año provienen del clima, la indexación de precios administrados y la demanda de servicios, que sigue creciendo en las principales ciudades.
Si la tendencia persiste, la inflación podría mantenerse elevada durante los primeros meses de 2026, aplazando el ciclo de reducción de tasas.
Para ANIF, el reto de política económica consiste en equilibrar la consolidación de la desinflación con la necesidad de impulsar el crédito productivo y la inversión.
Sin embargo, la persistencia en los precios de los alimentos y los costos de vivienda podría limitar el margen de acción del banco central.
“La prioridad sigue siendo garantizar la estabilidad de precios sin afectar la recuperación del consumo. El control de la inflación no puede darse por terminado”, concluye el análisis.
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