Por: Julián Santa.
Plan E

Veo gente en modo avión. Basta con mirar a los ojos de las personas en la calle, para concluir que la desconexión es absurda. Me arriesgo a decir que somos la generación más distraída de toda la historia de la humanidad. Tus abuelos ni televisión tenían, a tus papas la epidemia tocó arrancando y con mesura.

En cambio, nosotros luchamos una batalla épica contra los estímulos. Como en una conspiración por idiotizarnos, cada 2,7 Minutos somos bombardeados por un yugo incesante de información. Desde que te levantas hasta que te duermes (si es que lo logras) en cada milímetro de tu campo perceptivo hay un clic que seduce, un aviso imposible de ignorar y voces que te dicen qué hacer.

El resultado es una vida en modo avión, es decir, en piloto automático, sin ninguna reflexión, en ausencia del momento presente. No nos damos cuenta, pero nos estamos olvidando de vivir. Tu atención ha sido empeñada. La estamos vendiendo por dos pesos, la entregamos sin lucha, a cambio de la satisfacción temporal que produce no pensar. Sin control sobre la atención no hay conciencia y sin ella lo único que queda es infelicidad.

La Matrix de las hermanas Wachowski, si existe, no era un cuento. Simplemente en este mundo esta disfrazada de ocupaciones, avisos y APPS para tu teléfono.

Tenemos el poder de recuperar el control, pero hace falta fuerza, carácter y disciplina. Volver a lo básico, como comer sin teléfonos y conversar de frente. Darle a la conciencia el lujoso lugar que se merece. No es tarea de uno, es un asunto de todos, por eso la próxima vez que veas un distraído, dile oye, !estas en modo avión¡

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