Cali, abril 18 de 2024. Actualizado: jueves, abril 18, 2024 22:21
Juan Daniel Oviedo, director del Dane, habló con el Diario Occidente del momento económico que enfrenta el país, de lo que será el cierre de año y lo que debe tener en sus prioridades el próximo presidente en materia económica.
La economía 2021 cerró con un crecimiento del 10,7% y el primer trimestre el crecimiento cerró en 8,5% más de lo muchos proyectaban ¿Esto qué le augura al cierre del año?
A pesar de las alertas de tasas de crecimiento negativas, específicamente en las actividades agropecuarias y de intermediación financiera y seguros, lo que muestra en primer lugar es un impacto muy importante del consumo de los hogares a la hora de generar crecimiento de la actividad económica lo cual si bien es un beneficio genera una alerta importante que no podemos ignorar que este crecimiento no se va a poder extender por mucho tiempo a lo largo del año 2022.
Que cuando se analiza el crecimiento del 8,5% con estos dos resultados negativos, lo que se ve es una fortaleza muy importante en el crecimiento de los hogares que permiten que rápidamente proyectar las expectativas de crecimiento de 2022 con un piso del 5%.
No más las buenas prácticas internacionales permiten tomar el crecimiento inter trimestral, que este caso fue del 1%, y expandirlo para todo el año, entonces 1% por 4 trimestres daría un crecimiento mínimo del 4%.
Que en el segundo trimestre vamos a tener un efecto base, porque recordemos que el paro nacional sobretodo en el suroccidente del país tuvo una afectación sobre el sector manufacturero y sobre las dinámicas de construcción que los llevaron a retroceder la senda de ajuste de la reactivación económica y por consiguiente en el segundo trimestre vamos a estar beneficiados de un efecto base frente al de 2021.
Pero ya en el tercer y cuarto trimestre vamos a estar comparando con unos momentos de la economía muy dinámicos y de gran reactivación y por consiguiente vamos a tener unas tasas muy discretas. La convergencia de esos crecimientos van a llevarnos a una tasa cercana al 5%.
Uno muy importante es que la economía tiene que procurar que el crecimiento no esté asociada tanto al consumo de los hogares sino también a la inversión.
Se debe buscar ese motor complementario porque ya empieza a agotarse esa capacidad del consumo de los hogares y se afectará el seguir impactando la demanda.
Seguirá dando unos tonos negativos en materia de la explotación de minas y canteras donde no hemos logrado sacar cabeza de manera contundente en la explotación de petróleo y las exportaciones de este y de carbón.
Porque todos tenían la expectativa de que resultado del conflicto con Ucrania el carbón de Colombia iba a poder ser ofrecido en mercados internacionales que lo demandan, pero no se ha logrado.
Todavía en el primer semestre vamos a tener algo de efecto base, recordemos que el primer semestre del 2021 estuvo estresado por diferentes factores que le dieron una hipersensibilidad al mercado laboral sobretodo en las actividades que necesitábamos que abrieran rápidamente como el comercio, el turismo, las actividades de entretenimiento y espectáculos deportivos que en 2021 no pudimos ver abiertas en el primer semestre.
Pero en el segundo semestre ya vamos a tener una imagen más clara de cuáles son las condiciones del mercado laboral de calidad en donde hay que ser ecuánimes.
La reactivación empieza a ser más sesgada pero la informalidad ha reducido su incidencia en el mercado laboral estando ahora en el 44% cuando se veía un 48%.
Un desafío que hay es la brecha entre la actividad económica y la generación de empleo, porque las actividades agropecuarias son intensivas en mano de obra y están afectadas por los sobrecostos de producción a nivel internacional de abonos y fertilizantes y por el invierno, por consiguiente el empleo agropecuario no va a crecer a las velocidades que se están esperando y además las actividades manufactureras y de comercio pareciese que están teniendo un cambio técnico es decir está creciendo en actividades más tecnificadas como la elaboración de bebidas, la fabricación de sustancias químicas y procesos de producción que llevan a no demandar intensivamente empleo.
En las de comercio por ejemplo las plataformas de servicio de domicilio por teléfono móvil están afectando el empleo en tiendas de barrio o incluso productos que ya se compran por internet como la ropa.
Lo que nos lleva a ver como la política pública incidirá en abrir nuevas oportunidades de generación de empleo.
Será el que destapará las herencias que teníamos de atrás antes de la pandemia y de algunos desajustes que promovió la pandemia como el mayor uso del comercio electrónico y de plataformas sobretodo para la prestación de servicios de domicilio que afectan de manera sistemática la rentabilidad de las tiendas de barrio y su perdurabilidad en el tiempo.
Cuando vamos a los resultados del pulso social se ve un deterioro en la confianza de los consumidores, ellos cada vez más creen que la situación económica del país va a empeorar en los próximos 12 meses sobretodo por la incertidumbre política.
Por eso el mensaje más claro es que se debe trabajar en la recuperación de la confianza de los hogares, un elemento fundamental que necesita el país, más allá de pensar en una reforma específica lo que se debe lograr es una confianza institucional para lograr que el remanente del consumo de los hogares se manifieste y no esté ausente como medida de precaución por la incertidumbre.
Reconocer que las decisiones de consumo que se tenían en el pasado no es una forma sostenible de garantizar el resto del año. Los hogares pasaron de una posición ahorradora a una deudora entre 2020 y 2021, por eso se necesita de tratar de buscar que entre una decisión de consumo y una de inversión se prefiera la de inversión porque se garantizará que no generen crecimientos de corto plazo sino de mediano plazo y que la economía siga contando con ese motor de crecimiento.
El departamento del Valle siempre estaba casi 10 puntos por debajo en materia de incidencia de pobreza monetaria, es decir que antes de la pandemia el Valle tenía a 1 de cada 4 personas en situación de pobreza, exactamente el 24,1%, mientras el país tenía 35,7%.
Después de la pandemia la pobreza del Valle tiene el 29,7% en su población, es decir casi 3 de cada 10 personas que residen en el departamento está en situación de pobreza, es decir 8 puntos por encima de la tendencia histórica.
En Cali todavía tenemos casi 760 mil personas en pobreza monetaria cuando se tenían más o menos 558 mil. Es decir que le falta a Cali sacar 200 mil personas de pobreza y al Valle casi 300 mil y esto será difícil de corregir en el 2022 porque los costos con los que se miden los ingresos de una persona están creciendo a ritmos muy acelerados.
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