Por: Rodrigo García O.
Socio Principal Email:
rgarcia@smscolombia.com.co

Las organizaciones más exitosas han comprendido desde hace muchas décadas atrás, la importancia que tiene para el logro de los objetivos, el control interno.

También es claro decir que, existe un número importante de organizaciones que suele decir que el control interno es un mal necesario que debe ser abordado desde las unidades financieras y más específicamente en cabeza del contador, dado que de lo único que debe preocuparse la alta gerencia es de la necesidad que tiene de potencializar los ingresos para maximizar las utilidades.

Pero estas posturas de antaño deben ser revaluadas en pleno siglo XXI donde pasamos de la Era Industrial a la Era del Conocimiento y las Tecnologías, dado que cada día se hace más complejo generar valor en las organizaciones. Solo basta dar una mirada a los retos de hoy en la gestión empresarial para dar importancia que merece al control interno:

– Variación de los modelos de negocio como consecuencia de la globalización.
– Mayor necesidad de información a nivel interno debido a los entornos cambiantes.
– Incremento del número y complejidad de las normativas aplicables al mundo empresarial a nivel local e internacional.
– Nuevas expectativas sobre la responsabilidad y competencias de los gestores de las organizaciones.
– Incremento de las expectativas de los grupos de interés (inversores, reguladores) en la prevención y detección del fraude.
– Aumento del uso de las nuevas tecnologías, y su desarrollo constante.
– Exigencias en la fiabilidad de la información reportada.

Controles
Este panorama al cual se enfrenta la gerencia en su gestión de negocios diaria, hace necesario repensar en algunas organizaciones, la forma en la cual se controlan los negocios. Las organizaciones de esta nueva economía, exige que su sistema de control, se adecue fácilmente al cambio sin que ello signifique que deje de existir la base de un gobierno corporativo sobre el cual recae la estructura del mismo.

Las organizaciones deben implementar un sistema de control interno eficiente que les permita enfrentarse a los rápidos cambios del mundo de hoy. Es responsabilidad de la administración y de los directivos desarrollar un sistema que garantice el cumplimiento de los objetivos de la empresa y se convierta en una parte esencial de la cultura organizacional bajo un modelo integral efectivo y en pro de las mejoras continuas.

En el cumplimiento de su misión, las organizaciones deben alcanzar sus objetivos. Por esta razón, los directivos y la administración deben articular sus objetivos, desarrollar estrategias para lograrlos, identificar los riesgos relacionados para mitigarlos y cumplir la estrategia planteada, para lo cual deben adoptar mecanismos de control que contribuyan al monitoreo continuo de los negocios y de las operaciones con el fin de que tales controles se conviertan en alertas tempranas a la ocurrencia de cualquier eventualidad.

Equipos de trabajo
En este sentido, el sistema de control interno debe orientarse a promover todas las condiciones necesarias para que el equipo de trabajo dé su mayor esfuerzo con el fin de lograr los resultados deseados, debido a que promueve el buen funcionamiento de la organización.

El concepto de responsabilidad toma gran importancia y se convierte en un factor clave para el gobierno de las organizaciones, teniendo en cuenta que el principal propósito del sistema de control interno es detectar oportunamente cualquier desviación significativa en el cumplimiento de las metas y objetivos establecidos.

Tenga en cuenta
La implementación de un sistema de control interno eficiente debe proporcionar:
– Consecución de objetivos de rentabilidad y rendimiento para prevenir la pérdida de recursos.
– Operaciones eficaces y eficientes.
– Desarrollo de tareas y actividades continuas, establecidas como un medio para llegar a un fin.
– Niveles apropiados de supervisión de actividades y tareas.
– Producción de informes financieros confiables, basados en seguridad razonable, para la toma de decisiones.
– Cumplimiento de las leyes y regulaciones pertinentes tanto locales como internacionales.
– Adaptación a la estructura de la entidad.
– Promoción, evaluación y preocupación por la seguridad, calidad y mejora continua de todos los procesos de la entidad.

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