Los resultados del Indicador de Seguimiento a la Economía de enero de 2023 tomaron por sorpresa a los analistas. Con un crecimiento de 5.8% la economía revirtió la desaceleración observada desde el mes de octubre y superó esos registros.

No obstante, cuando se revisa en detalle lo que pasó con las actividades económicas, las financieras y de seguros, con una variación de más de 60% explican gran parte del crecimiento.

Eso contrasta con el decrecimiento del comercio minorista y el pobre desempeño de la industria manufacturera que revelan un panorama cuanto menos complejo en el inicio de año.

Anif, en su comentario económico analiza con lupa las cifras y establece que aunque el crecimiento del ISE pareciera mostrar una economía que recobra fuerza en el inicio de año jalonado por las actividades financieras, es solo un efecto de base pero al descontar el aporte que esas actividades tienen sobre el total de la economía, el resultado es que, sin ese renglón, el producto hubiese crecido 3.1%, poco más de la mitad del dato inicial.

Además, si se tiene en cuenta que las ventas reales del comercio se contrajeron 1.8%, y la manufactura solo se expandió 0.2%, todo indica que la demanda interna, tal como hemos mencionado en ANIF, se debilita de forma acelerada.

Para Anif el 2023 sin duda será un año retador. La reciente volatilidad que vive el mercado global por cuenta del sector financiero en Estados Unidos y algunos países de Europa, las condiciones externas vuelven a ser fuente de incertidumbre y ensombrecen el panorama.

La inflación todavía no da tregua y el Banco de la República tendrá que navegar entre proporcionar suficiente liquidez al mercado financiero para darle confianza al sector o endurecer su postura para contener la ya desbordada inflación.

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