Cali, septiembre 30 de 2024. Actualizado: domingo, septiembre 29, 2024 23:19
Cali, septiembre 30 de 2024. Actualizado: domingo, septiembre 29, 2024 23:19
Luis Ángel Muñoz Zúñiga
Especial Diario Occidente
Sesionará en nuestra ciudad de Santiago de Cali, del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024, la Conferencia de las Partes COP 16, precisamente en días que agudizaba el desequilibrio climático y los incendios devoraban miles de bosques en países vecinos.
Son tiempos que requieren de políticas públicas urgentes hacia el apaciguamiento del calentamiento global y la conservación de la biodiversidad.
El evento internacional será fundamental y determinante para la sobrevivencia humana y de las demás especies; será un espacio para diagnosticar, discutir y planear políticas públicas tendientes a salvar el planeta.
Mientras se acerca el COP 16, se puede promover conciencia ecológica colectiva, basta con desengavetar y analizar documentos científicos de los expedicionarios que recorrieron a América; del Libertador Simón Bolívar, padre de la patria, que gobernó con pensamiento ecologista; de las conclusiones en conferencias episcopales latinoamericanas que advirtieron sobre el desastre; y de las primeras voces científicas que anunciaron el calentamiento global.
La Expedición Botánica de 1783, empresa de investigación, auspiciada por el Virreinato para ocupar y distraer el descontento popular, sin embargo, generó conciencia neogranadina sobre el valor de la naturaleza.
Su fundamentación y clasificación, fue liderada por José Celestino Mutis y Francisco José de Caldas.
Simón Bolívar, el 19 de diciembre de 1825, expidió un decreto sobre el uso del agua y unas medidas de reforestación: “Que se visiten las vertientes de los ríos, se observe el curso de ellos y se determinen los lugares por donde puedan conducirse a los terrenos que estén privados de ellas.
(Art 1). “Empréndase una plantación reglada a costa del Estado, hasta en número de un millón de árboles, prefiriendo los lugares donde haya más necesidad.
(Art 2). El Episcopado Latinoamericano, reunido en el Brasil, conocedor de la historia, casi dos siglos más tarde fijó una posición ambientalista en el “Documento de Aparecida” (mayo 2007): “Percibimos las amenazas del hombre y su acción destructiva de su hábitat. La mejor forma de respetar la naturaleza es promover una ecología humana, abierta a la trascendencia”.
Hace medio siglo, aunque todavía eran estables las cuatro estaciones y no se presentaban desequilibrios ambientales, emergieron voces que anunciaron catástrofes, por la ruptura de la capa de ozono por el uso de hidrocarburos.
“MANIFIESTO PARA LA SUPERVIVENCIA” (1972), Goldsmith, Allen, Allaby, Devull y Lawrence.
“Ética Ecológica para América Latina” (1985), Luis José González.
“Poder y Medio Ambiente” (1994), Ricardo Sánchez.
“REQUIEM POR LA TIERRA” (1996), Pedro Manrique.
“Imaginación Abolicionista” (2002), Ensayos de Ecología Política, José María Borrero Navia.
“La Rebelión de Gaia” (2007) Jorge Blaschke, subtitulada “La sexta extinción está cerca”.
“El Cambio Climático Global” (2007), Vicente Barros, quien pregunta ¿Cuántas catástrofes antes de actuar?. “Combustibles Fósiles” (2010), Héctor García Lozada, ensayos críticos, que explican el binomio: política neoliberal y deterioro ambiental.
Hay más voces: “El imposible capitalismo verde” (2011), Daniel Tanuro. “El planeta inhóspito” (2019), David Wallace-Wells.
“¿Cambio climático o crisis civilizatoria?” (2023), Jairo Giraldo.
La National Geographic, en informe científico, publicado en septiembre de 2004, indicaba las señales de la tierra sobre lo que está pasando en el planeta: “Se eleva el dióxido de carbono. Se calientan los océanos. Se derriten los glaciares. Sube el nivel del mar. Adelgaza el hielo marino. Se deshiela el permafrost. Más incendios devastadores. Encogen los lagos. Colapso de las plataformas de hielo. Sequías prolongadas. Aumentan las precipitaciones. Se secan los arroyos de montañas. La primavera se anticipa. El otoño se retrasa. Las plantas florecen antes. Las aves anidan antes. Blanqueamiento de los arrecifes de coral. Invasión de especies exóticas. Desaparecen los anfibios. Erosión de las costas. Aumentos repentinos de las temperaturas en latitudes altas”.
Dennis R. Dimick, en la National Geographic, invita a una autocrítica: “Está ocurriendo muy lejos de nuestra vista, pero deberíamos tenerlo en mente pues son presagios de lo que le espera al resto del planeta”.
Pregunta: ¿Seguiremos escépticos ante los incendios de Huila y Tolima y, los muy cercanos, del sendero Pichindé?.
Iintenalco, es pionera en la motivación para participar del COP 16.
El 25 de septiembre, sacó un espacio de su quehacer académico y reunió a las fuerzas vivas de las zonas rurales de Cali, Yumbo, La Cumbre y Dagua.
Neyl Grizales Arana, rector de INTENALCO, en el auditorio universitario dio apertura al Foro Previo al COP 16 “Gobernanza y Política Pública en el Área Clave en Biodiversidad (KBA) Bosque de San Antonio”.
Asistieron unos 50 líderes ambientalistas y maestros del agua, con estudiantes y docentes invitados por la institución universitaria, y conversaron sobre las acciones y desafíos para consolidar su conservación, restauración y uso sostenible rumbo a la COP 16.
Uno de los retos, precisó Hernando Diez, Maestro del Agua, será: “Formar un nuevo ser, consciente, ético, creativo y responsable con el uso de la tecnología, critico, dispuesto a revisar el actual sistema económico consumista y depredador, solidario y comprometido con la justicia social , respetuoso y guardián de la naturaleza, que trabaja por la paz, jamás la guerra”.
El Bosque de San Antonio, que aporta a la conectividad ecológica con el Parque Nacional Natural Farallones, está amenazado por la expansión de la frontera agrícola y las construcciones que reducen su cobertura natural.
Pero los asistentes al foro creen que en la región de San Antonio, bosque donde confluye Cali, Yumbo, La Cumbre y Dagua, ya no cabe la canción “Palo Bonito”, no habrá ningún invasor que pueda decir que “tiene a San Antonio puesto de cabeza y que nadie lo endereza”.
Ya está puesto en pie, protegido por la comunidad, con acciones lideradas por los participantes en el Foro Previo al COP 16 “Gobernanza y Política pública del KBA”.
Los líderes y los maestros del agua en sus regiones están listos a la defensa del bosque.
Un día entendieron que “la policrisis durante el Antropoceno era fiel reflejo de una débil cultura ético-ambiental. La huella humana sobre el planeta lastimaba”.
Ahora, estos líderes unidos por la preservación y la común gobernanza, acogen como credo, el postulado de Ernesto Guhl Nanneetti: “Ya no se trata de vivir de la naturaleza, como lo hemos hecho hasta ahora, sino de vivir con la naturaleza”.
Fin de los artículos
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Una publicación diaria del Nuevo Diario Occidente S.A. Fundado el 19 de noviembre de 1961
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