Los frecuentes llamados a paro, marchas y concentraciones del último mes en Colombia harían parte de una prolongación de la campaña política de 2018 y tendrían como fin crear un ambiente propicio para que la extrema izquierda llegue a la Presidencia de la República.

Así lo concluye el abogado Miguel Yusty, exsecretario de Gobierno de Cali, experto en el análisis de temas políticos y de seguridad.

“Decidieron convertir en plataforma política, instrumentalizar todos los recursos de la Constitución del 91 para generarle a la democracia una continuación de la campaña”, dice Yusty, quien sostiene que el excandidato presidencial y senador Gustavo Petro, promotor del paro, nunca terminó su campaña.

“Esto es una vaina por etapas, como plantea el marxismo clásico, la revolución permanente y por etapas, entonces ahora esta etapa cierra con un acuerdo y el próximo año a mediados le meten otro, y cuando lleguen las elecciones, vamos a llegar fragilizados”, explicó Yusty.

Para el analista, se pretendería debilitar la institucionalidad nacional para facilitar la llegada de un candidato de la izquierda al poder.

El caso de Venezuela

La elección de Hugo Chávez como presidente de Venezuela estuvo antecedida por una creciente movilización popular contra el establecimiento y los partidos políticos tradicionales, escenario en el que el coronel apareció como el salvador.

“Puede suceder lo que sucedió en Venezuela, que a Hugo Chávez lo eligieron por voto popular, pero el golpe lo dieron desde la calle, prolongado y por etapas”, dijo Miguel Yusty.

“Estas plataformas -agregó el catedrático- fueron implementadas por el comunismo soviético después de la Segunda Guerra Mundial, con los famosos frentes populares, que casi llevan a la hecatombe a la Francia de la posguerra.

“Se está rejuveneciendo ese modelo del leninismo de llevar a través de las movilizaciones y de la confrontación con el Estado en la calle a una fragilización total, generándose las condiciones típicas de un golpe de Estado, que tiene como culminación el llamamiento a elecciones o la concurrencia a las elecciones ordinarias en el momento de la más alta confrontación en la calle”.

En este tipo de estrategias, después de llegar al poder, se realizan reformas para perpetuarse.

“Es un ejemplo de cómo la toma del poder no requiere la utilización de las armas, sino que precisamente se da a través de la fragilización de las instituciones y de la desaparición de la cohesión del Estado, y cuando vienen las elecciones, los populismos terminan dándole cabida a que sean elegidos personajes como Chávez”, sostuvo Yusty.

En ese contexto, según la explicación de Miguel Yusty, este tipo de movilización de masas está encausada a que se produzcan procesos de negociación, como el que se está dando en Chile, para “cambiar todas las características de la institucionalidad, las formas de propiedad, las formas políticas y la pérdida de la iniciativa de la democracia representativa”.

Fuerza Pública

Ante una posible estrategia política similar a las utilizadas por el chavismo y el leninismo, Colombia tendría a las Fuerzas Militares como barrera de contención para defender la democracia.

“Nosotros tenemos un plus que no tenía Venezuela y que no tenía Chile, pero que sí tiene Francia, y es que las Fuerzas Armadas colombianas guardan la institucionalidad napoleónica de no ser deliberantes; nosotros estamos salvados por el milagro del Frente Nacional, aquí no hay tenientes ni coroneles que tengan un proyecto de dar un golpe de Estado”, sostuvo Yusty.

Advertencia

Sin embargo, el analista advirtió del riesgo que representaría que las vanguardias de las movilizaciones puedan estar ligadas a proyectos insurreccionales urbanos de las Farc y del ELN.

“Lo grave de todo eso es que está ligado a las 200 mil hectáreas de coca, al crecimiento de las disidencias de las Farc y a la gran posibilidad que han creado para que los milicianos sean los que lleven el discurso de la lógica política de las movilizaciones”, dijo Miguel Yusty.

Comments

Comparte esta noticia...

Facebook

Twitter

Linkedin